Investigación
Un estudio de la URV detecta la presencia de retardantes de llama dentro de casas, oficinas y escuelas
El grupo TecnATox encuentra niveles elevados de estas sustancias químicas en una investigación en varios espacios del territorio
«Hábitos como ponerse las manos u objetos en la boca, jugar a tierra o ir a gatas hacen que la exposición a estas sustancias sea mayor», se apunta desde la URV.
Toma de muestras durante 24 horas
En el estudio, se recogió el aire durante 24 horas mediante unos captadores que emiten un flujo de aire y retienen los retardantes de llama en un filtro. También se dispuso de muestras de polvo acumulada en superficies de muebles y dispositivos electrónicos de los mismos espacios.
Posteriormente se analizaron para determinar la cantidad de 41 tipos diferentes de retardantes de llama, tanto de aquellos que están restringidos por la legislación como de los emergentes.
Los resultados confirmaron la presencia de siete retardantes de llama emergentes -TEP, TCIPP, T2IPPP, TPPO, DCP, TMCP y B4IPPPP- en el aire por primera vez en Europa, incluso a niveles elevados. También se detectaron retardantes de llama restringidos a las muestras, todo y que con menores cantidades que los emergentes.
La URV lo atribuye al hecho de que en espacios interiores todavía hay elementos -muebles, pinturas, dispositivos, etc. - comprados antes de que se aplicara la legislación y conservan estos retardantes de llama que se prohibieron en el 2004.
Los efectos adversos en la salud
Según informa la URV, los retardantes de llama son sustancias químicas que se encuentran en muebles, textiles, revestimientos y plásticos como los teléfonos móviles, ordenadores portátiles, televisores, etc. y tienen la finalidad de prevenir o retrasar la propagación de un incendio. Se introdujeron en el mercado sobre los años setenta y desde entonces la lista se ha ido ampliando.
Junto a las propiedades fisicoquímicas que tienen, pueden ser liberados al ambiente a causa de las altas temperaturas, el frotamiento o la limpieza. Así, estas sustancias se pueden acumular en el aire o el polvo de dentro de los edificios y las personas pueden estar expuestos por inhalación, ingesta y contacto dérmico.
Algunos retardantes de llama han demostrado tener efectos adversos para la salud y desde el 2004 la legislación europea ha prohibido el uso de algunos, que se han ido sustituyendo por otros de nueva creación, denominados retardantes de llama emergentes, los efectos para la salud de los cuales todavía no se han estudiado.