«Las palabras tienen un poder enorme, y la palabra escrita, todavía más»

—¿La vida es un espectáculo?

—Lo es, en el sentido que es admirable y digna de ser vista con la atención con que se va a un espectáculo, con la actitud de fijarse. Esta es la actitud que he aprendido gracias al hecho de que soy escritor. Si nos toca estar en una sala de espera, aparte de quejarnos por el tiempo que estamos perdiendo, podemos intentar disfrutar del espectáculo que se nos ofrece.

—Eso quiere decir mirarnos la vida con actitud de querer ver cosas.

—Sí, muchas veces no paramos cuenta de lo que nos rodea, hace falta hacer un pequeño esfuerzo y tener la actitud de distraerse de manera activa.

—¿Cómo describiría su libro, 'L'espectacle de la vida'?

—Pertenece al género del dietarismo. Hay cosas que he visto o vivido entre el 2007 y el 2021, pero no son unas memorias. Paso de largo de los hechos más trascendentes, desgarradores o emotivos, aunque hay cosas que al final se acaban transmitiendo. No explico cuándo nace mi hijo ni cuándo muere mi padre, pero al final el libro también se impregna de estas cosas.

—Las conversaciones con su hijo están presentes en todo el libro. La mirada del niño resulta de lo más clarividente.

—Todos los que somos padres lo sabemos. Con su inconsciencia y frescura, los niños ven las cosas más claras sin el ruido de fondo que arrastramos los adultos. Y con su inocencia nos transmiten las dudas que también nosotros tenemos. Yo recomiendo a todo el mundo que escriba lo que dicen los hijos. Cuando, al cabo de unos años, lo lean, será todo un regalo.

—En el libro encontramos un triple paisaje: emocional, literario y geográfico. ¿Cuál es la génesis de todo?

—El año 2006 soy un escritor que no conoce a nadie. Pensando en cómo puedo llegar a la gente, abro un blog, explico que he hecho un libro, hablo de la presentación... Voy explicando mis actividades literarias, pero no con un aire periodístico, sino emotivo y literario. Y de la necesidad de alimentar el blog surge el ir explicando cosas del día día. Con el tiempo, entro en contacto con Petròpolis, que publica los primeros dietarios. Después llega este libro, que hacemos en colaboración con las dos editoriales, Petròpolis y Ganzell.

—Reivindica constantemente el poder de las palabras y confiesa sentirse fascinado por ellas desde bien pequeño.

—Sí, las palabras tienen un poder enorme, y la palabra escrita, todavía más. Cada una tiene un peso específico y, no sólo cuando son verbos o sustantivos, un determinante, por ejemplo, también lo puede tener: no se lo mismo este amor que aquel amor . Soy lector desde que tengo memoria y las palabras siempre me han llamado la atención. En el libro explico que en Tortosa pusieron el nombre de la ciudad en letras grandes y todo el mundo que pasa por allí se hace fotos, comocríos . La letra nos seduce, somos animales literarios.