La vida también puede ser una fiesta

Lo Festisme es un nuevo concepto, una manera de entender la vida que clama por la alegría colectiva y la liberación del alma a través de la música. Los padres de este Joie de vivre musical son el colectivo de músicos La Troupe, una banda formada por Núria Perich (batería), Josep A. Molina (bajo), Judit Domènech (guitarra y voces), Gregori Amengual (teclados y voces), Joana Gumí (acordeón diatónico y ve) y Ernest Garrido (ve). Este otoño La Troupe ha publicado finalmente su primer trabajo, Festisme (LT Recuerdos), después de haber avanzado tres canciones con sus correspondientes videoclips.

Festisme es un disco vital, que invita a la fiesta, al amor y a mojar pan a la vida, pero desde una perspectiva realista, sin dejar de tocar de pies en el suelo. Incluye diez canciones de estilos tan aparentemente alejados como el vals, la cumbia, la ranchera o el reggae, pero que confluyen en una misma sonoridad. «Queríamos recuperar la idea del mestizaje de hace 25 o 30 años, con bandas como Dusminguet, Pomada o La carrau», explica Ernest Garrido, cantante de La Troupe.

El grupo se define como un colectivo musical, porque, detallan, su propuesta va más allá de la idea convencional de los grupos de música. Así lo desgrana el mismo Ernest, quien asegura que no quieren simplemente hacer un disco y conciertos, sino que buscan defender ideas como el cooperativismo, la autogestión o la sostenibilidad, y es por eso que desde su génesis La Troupe ha buscado colaborar con entidades o colectivos afines.

A la hora de definir la música que querían hacer, todos los integrantes del grupo estuvieron de acuerdo que buscaban ofrecer «música para todo el mundo y que lo pudiera bailar todo el mundo». Con esta voluntad, La Troupe ya está trabajando de cara a los conciertos de gira del disco, que previsiblemente arrancarán la primavera del 2022. Garrido ya avisa de que serán conciertos «a lo grande », donde la música, la escenografía y la iluminación estarán pensadas al detalle a fin de que público se deje llevarse por el baile, las emociones y el juego con los músicos. «La idea final», concluye Gregori Amengual, teclista de La Troupe, «es que la gente, además de venir a ver el concierto, venga a vivirlo con nosotros».