Urbanismo
La Generalitat aprueba las normas urbanísticas de Tarragona para los próximos años
Estas nuevas normas tienen una vigencia de tres años, que supone un punto más de presión en el ritmo de creación del POUM
La Generalitat aprobó ayer las normas urbanísticas de carácter transitorio de la ciudad de Tarragona. Después de un año de paro por la anulación por parte del Tribunal Supremo del Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM). De hecho, fue la Comisión de Territorio de Catalunya la que ha analizado y dado el visto bueno a esta nueva normativa ayer martes.
Esta aprobación fue el último escollo para poder desbloquear este obstáculo que el Ayuntamiento de Tarragona sufrió ahora hace un año. «Hoy se revierte la situación de incertidumbre, e incluso de colapso, que generaba aquella grave sentencia del Tribunal Supremo contra el POUM de Tarragona», declaraba Xavier Puig, concejal de Territorio, Sostenibilidad y Movilidad del Ayuntamiento de Tarragona.
Las nuevas normas urbanísticas dotarán, a partir de ahora, «de seguridad jurídica y de predicibilitat las reglas del juego, que son las mismas que regían el suelo urbano de Tarragona con el POUM de 2013», según el concejal, de forma que todas aquellas planificaciones realizadas antes de la anulación del antiguo Plan de Ordenación Urbanística podrán seguir siendo válidas durante los próximos años. «El crecimiento y el desarrollo económico, social y urbanístico, de la ciudad no se detienen y continúa adelante», remarcaba Puig.
Estas nuevas normas tendrán una vigencia de tres años a partir de ahora, con la posibilidad de prorrogarlas un año y medio más, si se requiriere. «Tenemos que ir a hacer –porquemalo si vamos a utilizar otras alternativas– unPOUM rápido, eficiente, ágil. Tenemos una situación de crisis climática incuestionable, con una pandemia que no nos esperábamos, con un contexto de necesidad de reciclaje urbano para aprovechar vivienda vacía... Ahora tenemos que partir de un crecimiento con interés público, vamos a hacer ciudad, no queremos sólo el crecimiento inmobiliario». «Ahora tendremos el inmenso placer que entre los ciudadanos, las entidades, el propio Ayuntamiento... podremos escoger como será nuestra ciudad. Decidámosla entre todos, que Tarragona no es de nadie,» concluía Puig, haciendo referencia al proceso participativo para definir el nuevo POUM.
Proyectos que se desbloquean
Con la aprobación de las normas, pueden sacar adelante varios proyectos que habían quedado congelados con la caída del POUM y la vigencia del plan de 1995 como el nuevo hospital Joan XXIII o el CAP de la Granja. Además las normas también permiten especificar los usos de la Tabacalera, simplificando los trámites de cualquier intervención. El concejal Puig también explicó que con las normas sale adelante «la licencia de Bricomart, que va asociada a una operación urbanística de mucho calado e interés para la ciudad que permitirá generar una rotonda que permita ordenar el tráfico entre las dos nacionales 340 y dar más seguridad a los peatones del barrio». Puig también destacó ejemplos pequeños que podrán volver a arrancar, como es «la dignificación del caminito que comunica la Calle Rovira i Virgili con Tarragona 2» o «la fábrica dehielo del Serrallo, que con las normas urbanísticas puede tener un uso residencial.»
Las normas permitirán la construcción de 11.340 viviendas nuevas, muy por encima de las necesidades demográficas de la ciudad, y también continuarán activos todos los planes de mejora urbana y los de polígonos. Se salvan planes como el del PP-10 enPonent y el PP-1 en la entrada norte, facilitando la cohesión de la ciudad, o el PMU-34 del Nàstic en Levante. Por su parte, los grandes planes parciales, como la Budellera, Terres Cavades o la Horta Gran, pasan a ser considerados suelo no urbanizable.