Sociedad
Las hermanas Quílez reciben el título de hijas adoptivas de Tarragona
Su tarea al frente de un comedor social las ha hecho merecedoras de este reconocimiento
Las hermanas Encarnación y Raquel Quílez Valdevira, del barrio de Bonavista, recibieron ayer el título de hijas adoptivas de la ciudad de Tarragona con motivo de su tarea en la Associació Socioeducativa JuventutiVida de Bonavista, la cual gestiona el comedor social del barrio. Las hermanas Quílez, nacidas ambas en Madrid, finalizaron sus estudios universitarios en la Universidad Complutense –Encarna es Doctora en Ciencias Geológicas y Raquel es Diplomada en Ciencias Empresariales– y, cuando aterrizaron en Tarragona, se dedicaron de forma plena a la acción social. Desde el año 2008, Encarna ya inició su etapa como a directora de JuventutiVida, donde ha desarrollado proyectos y programas de acción social, trabajando en varios ámbitos de la atención, asistencia, orientación y ayuda a las personas en situación de riesgo de exclusión social. Por su parte, Raquel entró como gerente del comedor social a partir del 2013, asegurándose de su supervisión, a la vez que deriva casos a Servicios Sociales del Ayuntamiento, además de organizar talleres que responden a la emergencia social que se vive en la actualidad. «Hoy el reconocimiento va para dos personas que en un momento determinado decidieron venir a Tarragona, quea través de su actividad generosa han hecho que esta sea mejor, y de las cuales hoy día la ciudad se siente bien orgullosa», declaró el alcalde Pau Ricomà durante el acto de entrega de los diplomas.
«El propósito final de los que trabajamos en urgencias sociales es que no haya nadie durmiendo en la calle, que los padres de familia no sufran más para tener que poner un plato caliente en la mesa a sus hijos, que no haya ninguna persona mayor sola en casa. Queremos que la realidad de estas personas se transforme», declaraba Encarna durante su discurso institucional. «Estamos muy emocionadas, es un verdadero honor, sobre todo para toda la asociación, porque no sólo somos nosotras dos, hay un grupo muy grande de personas que está trabajando en equipo para ayudar a las personas», aseguraba en declaraciones en DiariMés Raquel Quílez. Al mismo tiempo, declaraba que la situación social en Bonavista «estaba ya complicada antes de la pandemia, pero la covid nos ha hecho caer a límites de emergencia social muy fuertes», añadiendo que «hemos trabajado muy intensamente, y seguiremos haciéndolo».
El comedor social de Bonavista sirve unas 4.000 comidas mensuales, llegando a ayudar a unas 2.000 personas necesitadas cada año.