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Desarrollan un software para detectar la acromegalia a partir de fotografías faciales

El sistema Acroface está desarrollado por el Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol y la URV

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Un equipo de diferentes instituciones y universidades catalanas ha desarrollado Acroface, un software para detectar la acromegalia basado en la inteligencia artificial a partir de fotografías faciales. La acromegalia es una enfermedad rara que por término medio tarda al diagnosticarse más de seis años y que puede llegar a ser mortal si no se trata. Se caracteriza por alterar la forma de la cara y puede generar afectaciones cardiovasculares, cáncer de colono tiroides, diabetes o gigantismo, entre otros. El sistema lo han desarrollado el Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol (IGTP) y la Universitat Rovira i Virgili(URV), en colaboración con la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), el hospital Germans Trias i Pujol y UP2 Smart -una start-up de la URV.
El software analiza diferentes fotografías de una misma persona hechas a lo largo de los años para estudiar la evolución facial. Para personas que tengan poco desarrollada la enfermedad –hasta cinco años-, el sistema tiene una fiabilidad de un 75%. Para los pacientes que contraen la enfermedad desde hace unos diez años, la fiabilidad sube hasta el 95%. El doctor Manel Puig, del IGTP, ha destacado que, en el primer caso, un médico especializado puede tener una eficacia de un 50%, con lo cual el software permite dar un paso adelante en la diagnosis. Mejorar la detección según los expertos es clave para garantizar una mejor calidad de vida del paciente y evitar que contraiga enfermedades graves.

El software todavía no está validado por las autoridades sanitarias, pero el objetivo es utilizarlo en la práctica clínica diaria. Para conseguirlo hay que refinarlo a partir de ampliar la base de datos del sistema, hecho que permitirá mejorar también su eficacia. Por eso los creadores de la herramienta están buscando fórmulas para disponer de fotografías de personas que quieran colaborar y, de rebote, saber si pueden sufrir la enfermedad. «El prototipo ahora es altamente funcional, pero para llegar a tener las certificaciones nos hay que mejorar la fiabilidad», ha dicho Domènec Monte, vicerrector de programación académica, docencia y profesorado de la URV.

Sin embargo, la ley de protección de datos está siendo un escollo para garantizar el tratamiento correcto de las fotografías y de la privacidad de los participantes. La Asociación Española de Afectados por la Acromegalia animará los adheridos para que aporten imágenes y establecerá acuerdos con otras entidades de diferentes países. La empresa Seat también colaborará promoviendo la iniciativa entre sus trabajadores.

Domènec Puig ha detallado que para que Acroface pueda funcionar con precisión hay que disponer de diez fotografías frontales de la cara de la persona de los últimos diez años –una por año-, con el fin de analizar la evolución. Una de las dificultades que han tenido durante el proceso de programación ha sido que el sistema reconozca con precisión fotografías antiguas, hechas con cámaras menos precisas que las actuales, o incluso a partir de imágenes escaneadas.

Mirando al futuro, Manel Puig ha apuntado que el software puede evolucionar hacia otras funciones, más allá de la detección precoz. Una opción sería hacer una «deconstrucción personalizada de cómo sería la cara del paciente de aquí unos años, según la evolución» de la enfermedad, y al mismo tiempo como sería la cara del paciente si no hubiera tenido acromegalia. Eso permitiría, incluso, poder devolver al enfermo este aspecto facial mediante cirugía plástica.

Beneficios para los pacientes

La acromegalia es un trastorno hormonal que se sufre cuando la glándula pituitaria produce una gran cantidad de hormonas del crecimiento durante la edad adulta, que hace que se incremente la medida|tamaño de los huesos de la manos, pies y cara. Raquel Ciriza, presidenta de la Asociación Española de Afectados por la Acromegalia, ha explicado que durante los doce años de la entidad se han centrado en mejorar el diagnóstico precoz. Un aspecto clave para el futuro tratamiento de la enfermedad. «Un diagnóstico más previo permite mejorar la calidad de vida y tener menos efectos», ha indicado.

Los problemas que pueda generar la acromegalia dependen mucho del tiempo de que se haya tardado al detectarla. «Yo tengo buena calidad de vida, pero otras personas tienen afectaciones articulares, diabetes, hipertensión o problemas cardiovasculares. Hay gente que no puede trabajar y no puede hacer vida normal», ha destacado Ciriza. También sufre acromegalia Roberto Dueñas, exjugador de baloncesto del FC Barcelona y embajador del proyecto Acroface. «Hago vida normal pero me tomo medicación diaria, me hago controles y analíticas desde hace muchos años. A largo plazo sabemos que hay riesgos», ha indicado.

Aparte, está la afectación psicológica, que sufren «todos los pacientes en mayor o menor medida», ha señalado. De hecho, Manel Puig ha adelantado que pronto se publicará un estudio desarrollado desde el hospital Germans Trias i Pujol sobre la afectación psicológica que tiene la enfermedad en los pacientes.

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