Servicios Sociales acoge a doce sin techo en Tarragona para|por los aguaceros del martes

Doce personas sin hogar pasaron la noche del martes al miércoles a cargo del Instituto Municipal de Servicios Sociales, en el marco de un dispositivo emprendido por el Ayuntamiento y entidades del tercer sector para dar servicio público con motivo de los aguaceros de este días en la ciudad y en el Campde Tarragona. La Guardia Urbana, los Bomberos y los Mossos d'Esquadra llevaron a cabo la activación del Inuncat, el plan de alerta previsto en caso de riesgo de inundaciones.

Aunque la lluvia, a pesar de la intensidad, no llegó a provocar situaciones excesivamente graves, causó, en cambio, una serie de incidencias que requirieron la actuación de Protección Civil y los cuerpos policiales.

Una de las acciones más repetidas fue el aviso de cubiertas de alcantarillado fuera de lugar eimbornales obstruidos que hacían tirar el agua a las calles. Eso pasó principalmente en la Parte Baja, plaza Prim con calle Gasòmetre; Jaume I con Reial y enlos barrios de Sant Pere iSant Pau eIcomar.

En la calle Hernández Sanahuja la caída de un toldo desde un terrado afectó parte de un árbol. También hubo otros árboles caídos en las calles Ramon y Cajal y William Bryant. En Bonavista, una chispa de un cable eléctrico, en la calle Dotze, dejó sin luz un bloque de pisos. Por la tarde las calles Apodaca, Montblanc, Vapor y el Polígono Francolí se quedaron sin luz.

A las tres y diez minutos se procedió al corte de la carretera N-340 a la altura de Icomar por la gran cantidad de agua en la calzada que hacía imposible transitar con seguridad, y a las cuatro, con motivo de un embozamiento de agua también se cortó la circulación en la Rambla de Ponent dirección N-340.

Más tarde, la Vía Augusta, a la altura de l'Arrabassaday la calle Pere Martell con Reial y Serrallo, así como los puentes de acceso al centro comercial de las Gavarres, también se cerraron al tráfico.

A las ocho de la noche sólo quedaban cortados el acceso a la playa de l'Arrabassaday los puentes del centro comercial de las Gavarres, cierre que se mantuvo hasta el miércoles a las cuatro de la madrugada, mientras que el resto de vías se reabrieron al tráfico.

El dispositivo especial para las personas sin techo se mantendrá hasta el próximo 1 de diciembre, cuando empieza la operación Iglú, que ofrece a todos los afectados alojamiento a cubierto a partir de las diferentes alternativas que el IMSST pone a disposición y, en caso de que alguien no quiera ser alojado, facilitarle mantas y alimentos calientes.

Por otra parte, los establecimientos del Serrallo, principalmente restaurantes, volvían lentamente a la normalidad ayer por la mañana, ua vezpasado el chubasco. Mientras muchos limpiaban las terrazas, algunos vecinos se quejaban de que estas circunstancias se repiten cada vez que llueve con fuerza. «Todo baja para acá y aquí se queda» decía un peatón mientras señalaba un sumidero completamente obstruido por hojas de árboles y papeleo, al lado de un gran charco en la calzada. Roxana, una mujer que sacaba agua a la terraza del restaurante l'Arrosseria, consideraba una suerte que la lluvia no hubiera entrado, esta vez, en el interior de los establecimientos y los domicilios, y también el hecho de que «esta vez no hemos visto ratas, aunque en otrasocasiones hemos podido comprobar que en las alcantarillas hay muchas, y salen cuando hay tormenta». Òscar Gurrea, propietario del restaurante Casa Eulàlia, se mostraba impresionado, en cambio, por «la violencia del chubasco», a causa de la ventolera que lo acompañó. Tenía parasoles rotos en el exterior de su negocio y una jardinera «que pesa cuatrocientos kilos», dijo, resquebrajada, volcada, y con su contenido extendido por el suelo.