Ricomà podría presentar una cuestión de confianza para la crisis del presupuesto

La idea de presentar al plenario una cuestión de confianza para saber a ciencia cierta con qué apoyos cuenta el equipo de gobierno encabezado por Pau Ricomà, se va perfilando en el seno de ERC, después de que Carla Aguilar, de ECP, votara en contra del proyecto en la comisión previa al encuentro de todos los concejales. Aguilar también les anunció que mantendría su voto adverso durante el pleno, cosa que no haría posible que los presupuestos se aprobaran.

El equipo de gobierno se reunirá esta semana, previsiblemente hoy mismo, para decidir qué línea hace falta seguir ante esta situación. Dispone de 13 votos al plenario, pero les carece uno para alcanzar la mayoría y este hecho no permite garantizar unas cuentas que ya creían pactadas.

Delante de eso, hoy por hoy la coalición que gobierna el Ayuntamiento se puede estar planteando la opción de la cuestión de confianza, porque obligaría a todo el mundo a definirse antes de determinar los pasos siguientes. Esta medida exerceria presión, en más, sobre Carla Aguilar, que tendría que decidir entonces si mantiene el apoyo a Ricomà como alcalde o bien le retira.

Prórroga

El equipo de gobierno cuenta con el hecho que los presupuestos del ejercicio anterior, los de 2021, quedan automáticamente prorrogados si no se aprueban unos nuevos, pero eso supondría un recorte sustancial sobre sus planesy sobre los pactos que habían alcanzado con Junts y la CUP, los nuevos socios desde el mes de junio pasado.

Entonces, les haría falta ponerse de acuerdo sobre si quieren seguir negociando con ECP para obtener su voto positivo o bien si sería mejor poner el contador a cero y abrir conversaciones con todos los grupos municipales. En ninguno de los casos el resultado está asegurado y de aquí que la opción de la cuestión de confianza haya tomado fuerza.

Los Comuns, por su parte, también acusan la complejidad de este problema. En un comunicado posterior a la reunión extraordinaria delejecutivodel 24 de diciembre, convocadapara pedir explicaciones a Aguilar, «instaron al gobierno de la ciudad a seguir negociando», evitando criticar la actitud de su concejala, que tiene un gran número de seguidores dentro de la organización y es mayoritaria dentro del otro socio de la coalición, Podemos. En vez de eso, trasladaron la responsabilidad a Ricomà, en una acción simétrica en lo que él podría hacer con la cuestión de confianza.

Si el presupuesto municipal no se aprueba antes del día 31, quedarán prorrogados automáticamente los de este año, cosa que supondría una pérdida de ingresos para la ciudad, ya que la cifra prevista para el 2022, 181 millones de euros, sólo un millón superior a la del año todavía en curso, prevé en cambio un presupuesto de inversiones de once millones de euros, que no se podrían ejecutar si no fueran aprobados. Por todo ello, el equipo de gobierno busca la mejor fórmula para salvarlos, mientras que ECP tiene que gestionar las opiniones divididas dentro de los Comuns y la oposición decidida de Podem, que pone en riesgo la coalición ante la dificultad en alcanzar un punto de encuentro. Mientras, el resto de grupos pide que las negociaciones globales se vuelvan a abrir, aunque ninguna formación se ha ofrecido para apoyar a Ricomà.