Movilidad
Reby y Bird seguirán operando en Tarragona con un máximo de 900 patinetes
El casco será obligatorio el próximo mes de febrero, mientras que el Ayuntamiento quiere mantener el parque de patinetes entre los 600 y 1.000 como máximo
Reby y Bird renovarán las licencias en Tarragona un año más. Después de conocer la marcha de la ciudad por parte de Lime y Spin la pasada semana, el Ayuntamiento ha conocido la voluntad de seguir operando por parte de las dos empresas a más veteranas, las cuales aterrizaron en Tarragona en enero de 2021. De esta manera, Reby y Bird tendrán que aplicar las nuevas condiciones indicadas por parte del consistorio a partir de finales de este mes, las cuales buscan «la seguridad de todo el mundo», tal como remarca Xavier Puig, conseller de Territorio y Movilidad en el Ayuntamiento de Tarragona.
Con el fin de poder operar en Tarragona, las empresas tendrán que instalar matrículas en los Vehículos de Movilidad Personal (VMP), controlar de edad de los conductores –ya que no podrán ser menores de 18 años– o limitar la circulación por algunas zonas –como las aceras–, entre otros. «Son unas reglas del juego que hemos ido aprendiendo a lo largo de este primer año con patinetes de alquiler en la ciudad», apunta a Puig, a la vez que asegura que son el «gobierno del cambio» con el cual «tenemos todo un proceso de aprendizaje» antes de llegar a la solución definitiva.
Límite de patinetes en la ciudad
Otra de las medidas que se implementarán será la limitación del número de patinetes repartidos por la ciudad. Entre las cuatro empresas que operaban hasta la pasada semana, se calculaba que podía haber hasta 2.000 VMP por toda Tarragona.
A pesar de eso, el Ayuntamiento quiere limitar el parque a, como mucho, 1.000 patinetes en las calles de la ciudad. «Este último año nos ha permitido ver que 500 patinetes por cada empresa era una cifra demasiado alta», asegura Puig. Por este motivo, su objetivo está a mantener la flota de VMP entre «los 600 o 700 hasta los 1.000 como máximo».
En esta línea, el mismo conseller detalla una estrategia que el consistorio querría seguir a partir de ahora. Su intención es, a partir de ahora, crear unos módulos de 150, 300 y 450 patinetes, de entre los cuales «cada empresa podrá escoger cuántos quiere instalar en la ciudad». Lo que queremos hacer es: cuantosmás patinetes operen, más trabajadores tendrán que contratar en Tarragona. De esta manera, podremos controlar mejor el grueso de VMP en la ciudad y, al mismo tiempo, aportarán beneficios entre la ciudadanía», relata Puig.
Por otra parte, el conseller no descarta la entrada de más empresas operadoras. «Antes pedíamos que instalaran aparcamientos a cambio de obtener la licencia, pero ahora pediremos otros elementos de interés público», explica Puig, quién ponía como ejemplo los reductores de velocidad, «aunque todavía lo estamos estudiando».
Obligatoriedad del casco
Las nuevas condiciones todavía están abiertas a cambios según el conseller. Sin embargo, Puig asegura que una norma que todas las empresas tendrán que aplicar será la obligatoriedad de que los usuarios lleven casco de seguridad. Según el conseller, en el próximo pleno prevén aprobar de forma definitiva a la ordenanza municipal que lo rige y entrará en vigor a mediados de febrero.
«La obligación de llevar el casco ha tirado atrás en algunas empresas, pero para nosotros es una norma esencial. Cuando conduces un patinete, es tu único caparazón|concha», remarca el conseller Puig.
Otro de los objetivos del actual gobierno es dotar de un servicio de bicicletas de alquiler a la ciudadanía. «Muchas empresas ya nos han consultado, sin embargo todavía ninguno se ha envalentonado», explica Puig. El conseller, además, destaca la posibilidad de una futura licitación para ofrecer el alquiler de VMP a los tarraconenses, «sin excluir que en un futuro a largo plazo pueda llegar a ser un servicio público». También remarca que «seguramente en esta licitación también entraría una flota de bicicletas, porque desde el Ayuntamiento estamos realmente interesados».