El comedor social de Bonavista hace entrega a domicilio a usuarios confinados

El comedor social Joventut i Vida de Bonavista está ofreciendo un servicio de entrega a domicilio para aquellos usuarios que se infectan de la covid-19 o bien tienen que confinarse durante esta sexta ola. La entidad ha continuado con su tarea de servicio social a personas necesitadas durante las últimas semanas, a pesar de la sexta ola de coronavirus. De hecho, según declara a Raquel Quílez, una de las gerentes del comedor, el número de usuarios se ha visto incrementado desde el inicio de la pandemia y parece que en los últimos meses ha llegado a un equilibrio que supera a los 500 usuarios. Actualmente, el comedor social de Bonavista ofrece un servicio diario de comer guisado a 82 familias, mientras que otras 96 familias reciben bolsas cada quince días con paquetes de alimentos.

Según Quílez, el pasado mes de noviembre, el comedor quería devolver a la normalidad ofreciendo el servicio a mesa como hacían antes de la pandemia. A pesar de eso, la tendencia al alza de los positivos les obligó a dar marcha atrás y volver al sistema que ya hace casi dos años que siguen: reparten las comidas en envases de un solo uso para que cada usuario pueda tomarlo, sin necesidad de quedarse en el comedor. Con un servicio que empieza a las 12 horas cada mediodía, «hacemos turnos de doce familias cada 15 minutos para evitar aglomeraciones».

Sin embargo, el alto número de contagios por coronavirus está provocando que algunas familias no puedan acudir de manera presencial al comedor porque están confinadas o contagiadas de la covid. En estos casos, los voluntarios del comedor social han organizado un servicio de entrega a domicilio. «En caso de que alguien se infecte o tenga que quedarse en casa en cuarentena, nos puede llamar y nosotros lollevamos en furgoneta hasta la puerta de casa sin inconveniente», asegura Quílez.

Plazas sobrantes

Desde el inicio de la pandemia, el comedor social de Bonavista ha visto cómo el número de usuarios se ha incrementado bruscamente. A pesar de eso, Raquel Quílez explica que «por suerte» ahora mismo pueden ofrecer un servicio a todo el mundo que lo pide. «No tenemos lista de espera y Servicios Sociales nos entran personas nuevas sin problema. Es una consecución de la cual estamos muy orgullosos, porque significa que todas las personas que lo necesitan están recibiendo la ayuda que piden», observación. Sin embargo, Quílez asegura que no tendría ningún inconveniente al aumentar los turnos del servicio en el comedor para poder proveïr a todo el mundo, si se diera el caso de que hubiera gente que lo necesitara. «Soy así, no podría dormir tranquila si sé que puedo ayudar a alguien y no lo estoy haciendo», recalca la gerente.