Sociedad
La pandemia ha agravado la pobreza en Tarragona, especialmente entre las personas mayores
El estudio sobre el impacto de la covid-19 indica que ha empeorado el estado emocional de los tarraconenses
El estudio sobre el impacto de la covid-19 en Tarragona indica que más de un 35% de la población general se sitúa en el umbral de la pobreza, especialmente las personas mayores, con un índice de privación económica que se ha incrementado hasta un 13,9%. Además, la percepción de soledad de las personas mayores ha crecido, así como el índice de pobreza energética en casi seis puntos. Estas son algunas de las principales conclusiones que recoge el informe presentado este martes.
El estudio, hecho por el Instituto Municipal de Servicios Sociales (IMSST) y la Universitat Rovira i Virgili (URV), también concluye que la percepción del estado emocional ha empeorado desde el estallido de la pandemia. El Ayuntamiento impulsará un catálogo de medidas para reducir el impacto del virus.
En el ámbito económico, las responsables del estudio han explicado que la pandemia ha acentuado las diferencias entre las rentas más altas y las más bajas en la población general. A la vez, han indicado que las personas con un menor nivel de estudio tienen un mayor riesgo de pobreza. El informe demuestra que el 18,1% de las personas no pueden cubrir sus necesidades básicas.
Con respecto al ámbito laboral, el paro ha crecido en cuatro puntos y un 16% de la población ha perdido el trabajo por culpa de la pandemia. Eso afecta mucho más a las personas con niveles de ingresos más bajos y de estudios inferiores. Con todo, un 67% de la población está activa. Otro de los aspectos que ha analizado el estudio es el ámbito formativo, del cual se destaca que un 15,3% de la población se ha encontrado en una situación de privación de acceso a la educación. Asimismo, se indica que el 25% ha tenido dificultades para acceder al ocio, y que los jóvenes han sido los más perjudicados.
Un 6% de la población manifiesta problemas de salud mental
El informe también señala que los hombres y las personas con menor nivel de ingresos y de estudios tienen mayor riesgo de exclusión residencial. Asimismo, los hombres, de entre 45 a 54 años, son los más afectados por la pobreza energética que se cifra en torno a un 30%. Las encargadas del estudio han destacado que un 6% de la población ha manifestado problemas de salud mental. A modo de ejemplo, recalcan que los problemas con el alcohol, sustancias estupefacientes o con el juego se incrementaron significativamente durante la primera fase de la pandemia.
Aunque la tendencia ha disminuido un año después, los casos de maltrato tuvieron un repunte considerable durante los primeros meses de la pandemia. Durante el primer tramo, también aumentaron los casos de embarazos no deseados. Según ha explicado la técnica del Plan Local de Inclusión y Cohesión Social de Tarragona, Jéssica Cantos, la crisis sanitaria ha provocado que la población en general valore mucho más su red social.
Aparte, aunque ha aumentado la necesidad de recurrir a los servicios sociales durante la pandemia hasta llegar a un 23%, los datos demuestran que existe un fuerte prejuicio hacia el hecho de acudir. Así, aunque un 20% de la población verbaliza la necesidad de ir, sólo lo haría un 10%, según los datos de la primera fase, y un 4% lo haría un año después de la pandemia.
Las personas mayores, las más frágiles y vulnerables
El estudio también pone el foco en las personas mayores que son el colectivo más afectado por la pandemia. En datos concretos, se ha agravado hasta un 13,9% su situación de pobreza. Además, un 5,3% de las personas mayores no pueden cubrir sus necesidades básicas. El riesgo de exclusión residencial ha aumentado en 6,9 puntos hasta llegar al 16,3%.
El informe recoge que el índice de pobreza energética ha crecido 5,9 puntos en un año y se sitúa en torno al 15,5%. «Un año después de la pandemia, una de cada tres personas manifiestan no disponer de ningún apoyo para hacer las actividades diarias, un 32,9% tiene problemas para limpiar al hogar y un 20,7% tiene problemas para ir a comprar productos básicos», ha especificado la coordinadora del IMSST, Neus Gimeno. De hecho, según Gimeno, una de las principales problemáticas detectadas entre las personas mayores es el grado de sentimiento de soledad que se ha cifrado en casi un 33%. Esta percepción ha aumentado un 13% con respecto a la primera fase del estudio.
La coordinadora también ha subrayado que se han acentuado los estados de nerviosismo, de intranquilidad y el sentimiento de sentirse apagados entre las personas mayores consultadas.
Catálogo de medidas para revertir el impacto negativo de la pandemia
En la presentación del estudio, la concejala de Servicios Sociales ha afirmado que el consistorio ya está trabajando para revertir el impacto negativo de la covid-19 enla sociedad tarraconense. Ahora bien, este informe servirá para diseñar nuevas líneas de actuación y políticas sociales para mejorar las condiciones de vida de la población. «Los resultados nos dan muchos indicadores del grado de fragilidad y de vulnerabilidad en que se encuentran muchas familias y personas mayores de Tarragona; ante esta realidad, se impone un nivel de urgencia para evitar que las situaciones de pobreza sobrevenida aboquen a más personas a situaciones de exclusión social severa y pobreza extrema irreversible», ha dicho Solé.
Por eso, desde el Ayuntamiento se impulsará una jornada de reflexión tanto en el ámbito político como técnico y se abrirá un proceso de participación con los agentes y entidades sociales y económicos con el fin de elaborar un catálogo, el cual tiene que establecer las medidas y acciones a implementar. «Tenemos que entender esta crisis sin precedentes como un fenómeno estructural y con una mirada multidimensional, por eso las medidas las tenemos que definir desde una óptica transversal en las políticas sociales», ha dicho la concejala. Y uno de los ejemplos de estas medidas será la puesta en marcha de un punto de asesoramiento de pobreza energética en la PartBaixa de la ciudad, barrio con la población más envejecida.
Estudio longitudinal con dos fases
La investigación se ha hecho a partir de dos cuestionarios diferenciados entre la población de 16 a 64 años y la población de más de 65 años. Se trata de un estudio longitudinal realizado durante los años 2020 y 2021, el cual ha permitido observar el fenómeno del impacto del coronavirus en dos fases diferentes. La primera de ellas durante el inicio de la pandemia y el postconfinamiento y, la segunda, un año después del estallido de la crisis sanitaria. En la muestra, han participado 350 personas con respecto a la población general en la primera fase y 199 en la segunda. En el caso de la franja de población de más de 65 años, han participado 308 y 146, en la primera y segunda fase, respectivamente.