El POUM quiere unir los barrios con el resto de la ciudad a través de la Anilla Verde

El nuevo Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM) tiene previsto unir los barrios con la ciudad a través de la Anilla Verde. Tal como se discutió en la sesión de trabajo para la creación del nuevo POUM entre grupos municipales de la oposición y el equipo de gobierno, la intención es trabajar para ampliar la Anilla Verde y hacerla llegar en Ponent y en el centro de la ciudad convirtiéndola en una herramienta de cohesión entre los barrios. También se pusieron sobre la mesa dos nuevos accesos desde la AP7 y la conexión del nuevo tranvía desde Vila-seca a través de la N340. Las reuniones entre el equipo de gobierno y los grupos de la oposición para avanzar hacia el nuevo POUM continúan. Durante la mañana de ayer se celebró una nueva comisión informativa y de seguimiento, donde el conseller de Territorio, Movilidad y Sostenibilidad, Xavier Puig, expuso diferentes temáticas relacionadas con la capitalidad de Tarragona. En esta, se trataron nuevas infraestructuras que se cree que la ciudad tendría que tener con el fin de potenciar la red y la estrategia territorial que hay que seguir, entre otros aspectos. Tal como explicó el conseller de Territori una vez finalizado el encuentro entre todos los grupos municipales, todos los miembros presentes mostraron una actitud muy activa y participativa en un debate constructivo por la ciudad.

De las conversaciones generadas, los representantes políticos creyeron necesario que en el próximo POUM conste cuál es la relación con el entorno natural que rodea la ciudad y la conecta con el territorio. En concreto, quisieron profundizar sobre cuál es la relación que quieren tener con la Anilla Verde. Según Puig, el consistorio apuesta para que el nuevo POUM prevea «la entrada de la anilla verde en la ciudad» y sirva «para conectar los barrios entre sí». «Queremos que los tarraconenses no tengan que coger el coche para disfrutar de la Anilla Verde: los ciudadanos tienen que poder calzarse los zapatos, salir de casa y poder encontrarse con la naturaleza desde el centro de la ciudad», remarcaba el conseller. Al mismo tiempo, Puig hizo referencia a una nueva «Anilla Azul».

A la comisión informativa se defendió que los ríos Francolí y Gaià «sean puntos de encuentro y no fronteras», conjuntamente con el litoral tarraconense. «El objetivo está en que un vecino de Bonavista pueda llegar en bicicleta a través de caminos en la playa Llargasin tropezarse consigo con ninguna zona urbana», narraba Xavier Puig.

Dos nuevas salidas en laAP7

Otra actuación que el POUM incluirá es la creación de un nuevo acceso a la AP7 por Tarragona. El conseller aseguraba que son conscientes de que, actualmente, sólo hay uno, el cual no es práctico para llegar a todos los rincones de la ciudad. De esta manera, en la sesión de ayer se puso sobre la mesa la posibilidad de construir dos nuevas salidas de la autopista. Según Puig, se habrían planteado dos opciones. Por una parte, a la altura de la Mora, donde la AP7 y la A7 se juntan mucho y permitiría construir una conexión sin mucha afectación en el entorno. Por otra parte, también estaría la opción de conectar la actual autopista con la TP-2031, a la altura de Mas d'Enric, la cual conecta con Sant Pere i Sant Pau.

La sesión también sirvió para hablar sobre la propuesta tranviaria de que el Ayuntamiento está trabajando de manera cooperativa con la Generalitat, que en una primera fase conectará con Vila-seca por la N340 conectante todos los barrios de Ponent –en concreto, con Bonavista, Campclar y Torreforta-. Este mismo tranvía acabaría conectando con el centro de la ciudad por la plaza de la Imperial Tàrraco, la PartAlta y seguiría hasta barrios de Levante.

Además, el encuentro también planteó un posible mapa de carriles bici que conecte Tarragona con otros municipios del entorno. En este sentido, Puig explicó que «los pueblos y villas del Campde Tarragona tienen que estar conectados con buen transporte público, pero también en bicicleta».

Un «consenso ficticio»

Aunque Puig asegurara haber captado una buena sintonía con los grupos de la oposición, estos no ven con buenos ojos el camino que se está siguiendo con el fin de alcanzar el nuevo POUM. Para Begoña Floria, consellera del PSC, la sesión que se llevó a cabo ayer fue «en un clima de poco respeto, sin posibilidad de valorar las propuestas hechas desde el PSC por articular el debate y con unt total falta de espacio para un debate franco y con sentido institucional, algo que es básico para garantizar el éxito de este proceso». Según el PSC, las sesiones de hoy y la que se ha convocado para marzo «son un mecanismo justificativo para explicar que han debatido con los grupos de la oposición y justificar la imposición de un modelo de ciudad preconcebido. Es legítimo que el gobierno tenga una propuesta, pero en ningún caso parte de un debate serio y sin prejuicios, con todos los partidos representados en el Ayuntamiento», observa Floria, añadiendo que el encuentro de ayer fue «un monólogo».

En la misma línea opinan desde el PP y Ciutadans. Por una parte, Sergio Piriz (Cs) asegura que «las primeras reuniones realizadas muestran un intento de consenso ficticio, ya que se están limitando a presentaciones del conseller Puig, sin más participación de la oposición que poder hacer preguntas sobre este tema». Por otra parte, José Luís Martín (PP) remarca que espera que «se dote de más recursos económicos y personales el área de Territori para poder avanzar realmente en la redacción del POUM y se dejen de convocar reuniones que sirven para poco».

Por su parte, En ComúPodemse reafirma en su voluntad de seguir trabajando «para construir la ciudad del futuro, una ciudad feminista, sostenible, accesible y cohesionada. Esperamos que este proceso pueda cultivar consensos de ciudad, y donde la ciudadanía y su voz esté en el centro».

Puig remarcaba que, para conseguir el POUM en los tres años de margen establecidos, hace falta que todos los representantes municipales «cerremos filas».