Diari Més

En el Camp de Tarragona se produce una muerte repentina cada dos días

La Unidad Coronaria del Joan XXIII, referente en cuidados postresuscitación, ingresa a unos 45 pacientes al año con paro cardiaco

Especialistas de la Unidad Coronaria con el paciente Manuel Castro.

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La Unidad Coronaria del Hospital Joan XXIII es un referente en cuidados postresuscitación de un paro cardiaco por muerte repentina. Y se que «en el Campde Tarragona se produce una muerte repentina cada dos días, comparado con los accidentes de tráfico (uno cada 10 días) y los suicidios (uno cada 8 días)», explica el médico de urgénciase investigador del SEM Youcef Azeli.

El 50% de estos acontecimientos se producen en el domicilio y el 40% en la vía pública. Azeli afirma que «el 50% de los casos se producen de forma inesperada y sin síntomas previos, sólo el 20% de los pacientes presentan disnea (ahogo) y el 12%, dolor torácico los minutos previos».

En el territorio el SEM trata unos 270 paros cardiacos al año, y el 68% de estas (unas 180) son por muerte repentina de causa cardiaca. Sólo un 30% llegan al Hospital de referencia. La media de edad de los pacientes que la sufren es de 66 años.

En estos casos, llamar a emergencias y realizar las maniobras de RCP son muy importantes para la evolución del paciente. El Hospital Universitario Joan XXIII es el centro de referencia en cuidados postresuscitación en el territorio. Allí los pacientes con sospecha de infarto se llevan a la sala de Hemodinámica para intervenir las arterias que les han provocado el infarto, mientras que los pacientes con sospecha de paro cardiaco por otras razones reciben otros estudios (TACpulmonar, etc.) y cateterismo.

Automáticamente, los pacientes se ingresan en la Unidad Coronaria para hacerles tratamientos específicos. El tratamiento principal es la hipotermia terapéutica, que consiste en «conectar al paciente a una máquina con parches que se enfrían con agua para bajar la temperatura del cuerpo hasta unos 33 ºC durante 24 horas», explica el especialista en Cardiología, Gil Bonet. En estas primeras 24 horas «el objetivo es bajar la temperatura para que baje el metabolismo y la inflamación generalizada y así conseguir que el cerebro no sufra tanto», afirma al cardiólogo.

La Unidad Coronaria del Joan XXIII ingresa a unos 45 pacientes al año con paro cardiaco, de los aproximadamente 70 que pueden llegar al hospital. Son pacientes muy críticos que algunos llegan muertos. Los datos de supervivencia indican que un 47% de los pacientes ingresados en esta Unidad se recuperan. Son pacientes que ingresan muy críticos. De este 47%, «el 85% se recuperan bien y no tienen dependencia ni grandes limitaciones», asegura Gil Bonet.

Manuel Castro, un ejemplo

Uno del pacientes de la Unidad es Manuel Castro de 66 años, que sufrió un paro cardiaco por muerte repentina, ensu domicilio, el mes de enero de 2021. Después de que un vecino le hiciera maniobras de reanimación (RCP), llegó el SEM que continuó con las maniobras (duraron 33 minutos en total). El SEM hizo un diagnóstico de infarto de miocardio y trasladó al paciente al Hospital UniversitariJoan XXIII de Tarragona, en la sala de Hemodinámica, donde se le practicó un cateterismo para abrir la arteria obstruida. Posteriormente, el paciente ingresó en la Unidad Coronaria donde recibió el tratamiento de hipotermia terapéutica. A pesar de las complicaciones graves en el momento del ingreso, el paciente recuperó la conciencia sin secuelas neurológicas.

Actualmente, Manuel Castro ha vuelto a trabajar como profesor de autoescuela y explica: «No recuerdo nada de aquel momento, cuando me desperté, estaba ingresado en el hospital». Castro vuelve a ir en bicicleta, una de sus aficiones y afirma estar «totalmente agradecido al hospital, me salvaron la vida».

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