Patrimonio redacta un proyecto para consolidar los restos de Ca la Garsa

El Ayuntamiento de Tarragona empezará este año las actuaciones por consolidar y dignificar los restos medievales de Ca la Garsa, en la PartAlta, donde se supone que había la sinagoga de la ciudad en la época que este lugar estaba situado en el centro de la judería judía. A estas alturas, fuentes municipales indican que se está redactando un proyecto de actuación, y que una vez terminado y licitado, los trabajos podrán salir adelante antes de que se acabe este mismo 2022.

Los restos, fundamentalmente un conjunto de arcos de estilo gótico, quedaron al descubierto hace años, durante el mandato del alcalde Joan Miquel Nadal, cuando se derribó la casa que las contenía. Toda una serie de circunstancias posteriores motivaron que las ruinas se quedaran en el estado que ahora todavía se puede comprobar.

El Ayuntamiento ha indicado que sus servicios están trabajando en un proyecto que lleva por nombre Projecte bàsic executiu per a la consolidació de les estructures de Ca la Garsa en el tram entre plaça dels Àngels i carrer Talavera. La finalidad del documento es garantizar el arreglo y consolidación de los arcos, de manera que se puedan retirar las vallas metálicas de seguridad que ahora rodean el recinto. Las previsiones municipales consisten en el hecho de que el proyecto, la licitación y el inicio de los trabajos se lleven a cabo durante el año en curso. Dado que el documento no está acabado, no se dispone todavía de estimación de presupuesto ni de plazos para la conclusión de las obras.

En el solar que ocupa Ca la Garsa se han documentado diferentes niveles de empleo desde época de finales del imperio romano, en los siglos V y VI de nuestra era, hasta la actualidad. Se conforma como el único vestigio arquitectónico de la actividad cotidiana de la comunidad hebraica de Tarragona que ocupó la judería, ininterrumpidamente, desde 1238 hasta 1492. Entre el siglo XIV y el XV, la plaza de los Ángeles era conocida como plaza de la Juheria , posteriormente como placita de los Judíos y después de la expulsión de estos vecinos como placita de Seguí. Fue en el siglo XVIII cuando recibió el nombre actual. Todo lo que era el edificio se derribó a principios de siglo, manteniéndose sólo los arcos medievales y parte del muro tardorromano. Los restos que se han mantenido tienen ahora el nivel de protección de «Bien cultural de interés local».

Priorizar

El concejal de Patrimoni, Hermán Pinedo, había lamentado en varias ocasiones que la falta de recursos haya impedido en su área intervenir antes en Ca la Garsa, porque la financiación de que disponía lo obligaba a priorizar los gastos. Pinedo consideraba que había que garantizar en primer término los conjuntos monumentales que definían la declaración de Tarragona como Patrimonide la Humanidad antes de emprender otros objetivos.

La estructura del edificio y los arcos que quedaron al descubierto cuando se inició su demolición en la década del 2000, para edificar un inmueble de nueva construcción, tuvieron que ser consolidados por cuenta del Ayuntamiento, después de que se detectaran fisuras que los ponían en riesgo de colapso.

El proyecto inicial se tuvo que paralizar para evitar la desaparición de unos restos monumentales atribuidos a la presencia judía a la ciudad y, cuando las obras se interrumpieron, se hizo intentos por conseguir apoyo económico de entidades judías, infructuosamente.