Los artistas también van al cole

Que llamen a la puerta del aula y entre el artista Sergi Quiñonero, la fotógrafa Sílvia Iturria o la coreógrafa y bailarina Irene Benavent. Esta es la esencia del programa L'artista va a l'escola, un proyecto del IMET (Institut Municipal d'Educació de Tarragona) por el cual artistas y creadores locales entran en las aulas de las escuelas e institutos para trabajar con los alumnos y los docentes el lenguaje del arte contemporáneo. Todo, también con la voluntad de generar un espacio de reflexión.

Estos días se puede visitar en la sede del IMET (avenida Ramon y Cajal, 70) una pequeña muestra de los trabajos realizados en el 2021 con Jordi Llort en la escuela El Miracle, Sergi Quiñonero en la escuela Pax, Jordi González en la Escola Cèsar August, NunyG en el Centro de Educación Especial Estela y Ana Corredor en la escuela de Pràctiques.

«Con este programa, se pone de manifiesto que el arte está vivo, porque tenemos los artistas para poder hablar, y pienso que eso dignifica la idea de educación artística,» explica Eloïsa Valero. Ella, junto con Thaïs Salvat, impulsaron este proyecto en el 2015. Desde su nacimiento, L'artista va a l'escola ha colaborado con diferentes entidades culturales de la ciudad, y cuenta con el apoyo de las asesoras de educación visual y plástica del IMET, Maite Fonts y Yvonne Fuster (anteriormente Neus Coll).

«Queremos poner en valor a los artistas que tenemos, de manera que eso también sea una experiencia de vida para los chiquillos. Cuando un artista entra por la puerta, es una novedad, un hecho importante, y eso hace que entiendan que el trabajo que hacen con ellos también es extraordinario», subraya Eloïsa.

Este domingo, la exposición del IMET se cerrará a las 12 h. con una sesión de cuentos a cargo de Joan Rioné, quien también ha participado en anteriores ediciones del programa. «En las escuelas se crean unos vínculos muy interesantes y también se rompen tabúes asociados a los creadores, que a menudo se ven como personas desconectadas de la sociedad, pero es justo el contrario. Con estas sesiones, se normaliza nuestro trabajo y se pone al mismo nivel que tantas otras,» asegura. «Además, es una suerte que se nos abran las puertas de las escuelas, porque conocer su realidad siempre es muy interesante», concluye Rioné.