Conferenciante. Formador motivacional
«El mundo se ha vuelto hostil y hemos perdido la amabilidad. Hay que reivindicarla»
Royal Health & Fitness Clubs ha organizado una charla con el formador motivacional Victor Küppers este viernes en el Teatre Tarragona
—Usted explica que una de las palabras más importantes a la vida es el entusiasmo. ¿Por qué?
—Vivir con entusiasmo quiere decir vivir con ánimo, con alegría, con motivación. Cuando estamos contentos y motivados, sacamos todo lo bueno que llevamos dentro.
—También pone mucho el foco en la amabilidad, que es una calidad a la cual se le presta poca atención.
—Parece un concepto tonto, pero en psicología positiva es muy importante. Imagina que hay una cosa que hace que tú te sientas mejor, que hace que el resto de la gente se sienta mejor, y que es gratis. ¿Quéchollo, no? Cuando tú eres amable, te sientes bien y la otra persona también. Y es fácil: ser amable es aguantar una puerta, es preguntar ¿Cómo estás? El mundo se ha vuelto hostil y hemos perdido la amabilidad. Hay que reivindicarla.
—Pero en nuestra sociedad parece que, siendo amables, no llegaremos a ningún sitio, no tendremos éxito. Impera la agresividad, el ir directamente.
—Cierto. Pero aquí la palabra clave es éxito . ¿Qué entendemos por éxito? Éxito es que te amen a tus hijos, que te ame tu pareja, que te amen los amigos. A menudo oímos decir aquello de De tan buena persona, es tonto . Y así nos va. Es imposible ser un buen padre, un buen maestro o un buen político si no eres buena persona, porque al final todo se reduce a las relaciones humanas. Y en las relaciones humanas, lo que más valoramos de los otros es su manera de ser.
—¿Cualidades como la amabilidad y el entusiasmo son innatas o se pueden trabajar?
—Una parte de nuestra manera de ser tiene relación con la genética. Yo soy nervioso, y estoy seguro de que cuando me muera estaré moviéndome en la caja [río]. Hay una segunda variable, que son nuestras circunstancias, las grandes y las pequeñas, que influyen en la manera como somos. Y, finalmente, la tercera variable es lo que hacemos. Las circunstancias no las podemos controlar, pero eso sí. La amabilidad es un hábito: repetición, repetición y repetición, hasta que forme parte de nuestra manera de ser. ¡Y tanto que se pueden trabajar! Y, de hecho, este es mi trabajo.
—La presión de la sociedad es fuertísima, la felicidad es sinónimo de triunfo y los éxitos determinan cómo somos de buenos.
—Cuando uno se hace mayor, se ven las cosas con más claridad. Yo ya he hecho los cincuenta y veo que damos importancia a cosas que no la tienen. El trabajo es importante, pero ser director general no tiene que ser nuestro objetivo. El dinero es importante, pero cuánta gente hay obsesionada con el dinero que no está bien. Se han multiplicado las ansiedades, los insomnios, el estrés... Y eso no es causa exclusivamente de la covid, sino de la incoherencia entre la vida que tenemos y la que en realidad nos gustaría tener, entre lo que la sociedad nos dice que tenemos que hacer y lo que en realidad querríamos hacer. Y también porque no tenemos muchos referentes. Mis alumnos todo el día hablan de un programa donde hay quince personas en una casa y se enredan entre ellos. También comentan los seguidores que tienen todas estas personas. Y yo los pregunto: ¿Sabéis cómo se llama el presidente de la Asociación Americana de Investigación Contra el Cáncer? Es un catalán, el doctor Antoni Ribas. ¡Seguro que él no tiene 150.000 seguidores!
—Las personas adultas también estamos transmitiendo a las nuevas generaciones esta presión.
—Sí, pero todo pasa por la educación. Es lo que hace el mundo mejor. Ahora hay un problema terrible, que es el de las redes sociales. Yo no tengo y soy bastante contrario, porque pienso que hacen más daño que bien. A la gente joven los afecta mucho, es un mundo paralelo donde todo es fantástico, y sienten que tienen que aspirar a aquello. Me han gustado mucho las palabras de la actriz Emma Thompson, que hablaba de cómo vemos nuestro cuerpo. Tengo alumnos en la facultad que, si aprueban, los padres les regalan una operación de cirugía estética. ¡Qué mundo estamos haciendo!
—Todo lo que dice es de sentido común. ¿Por qué no lo aplicamos?
—Esta pregunta me la han hecho tantas veces... Yo he llegado a la conclusión que la presión y las prisas del día a día, vivir en la gran ciudad, el tráfico, el trabajo, la incertidumbre, nos hacen perder de vista lo que es más importante.
—¿Y qué es, lo más importante?
—Es ser buena persona, ser amable, ser agradecido y valorar las cosas positivas, no quejarse y centrarse en lo que está en nuestras manos. Al final, el más esencial es lo que amamos. Los padres, la pareja, los hijos... A veces nos olvidamos y pensamos que la gente es eterna, pero un día nos encontramos con que no tenemos madre. Todos los estudios lo confirman: la gente que tiene más alegría interior es la que tiene buenas relaciones con las personas que ama.
—Si queremos hacer el cambio, ¿por donde tendríamos que empezar?
—Para empezar, hay bastante con escoger una cosa: decir te amo a la pareja, centrar los esfuerzos en aquello que está en nuestras manos... Y repetir, repetir y repetir, hasta que aquello ya forme parte de nuestra manera de ser.