Pesca
Capturan más de 16.000 kilos de pescado azul el primer día sin veda en Tarragona
La Cofradía y los armadores confían, hoy por hoy, en una buena temporada de pesca y en la recuperación de los recursos
Los pescadores de cerco, o de la luz, del puerto de Tarragona, que salieron al mar el domingo por la noche, después de estar botados durante dos meses de veda, volvieron a puerto el lunes por la mañana con unos 16.000 kilos de pescado azul, cifra que les hace ver con confianza la nueva campaña de actividad, que se mantendrá durante los próximos diez meses. El sector valora favorablemente el efecto beneficioso que tienen estos procedimientos de restricción de pesca en el número final de capturas, aunque mantienen la incertidumbre con respecto al futuro de la profesión y las dificultades cotidianas con que se tropiezan en el mar.
Según Agustí Rillo, presidente de la entidad Pescado Azul de Tarragona, que agrupa a los armadores de las embarcaciones que trastean con pescado azul, «hoy, para ser el primer día nos ha ido bastante bien. Cada barca ha pescado entre 2.000 y 2200 kilos de pescado», básicamente sardina, boquerón y caballa, que son las especialidades de esta costa. En el muelle de pescadores de Tarragona atracan actualmente ocho barcas del rodeo, cinco de las cuales son del Serrallo, una de Cambrils y dos de la Ametlla de Mar. Este hecho responde a las buenas relaciones que hay entre todas las cofradías de la demarcación, cosa que las autoriza a utilizar indistintamente los puertos respectivos en función de sus necesidades durante las actividades pesqueras. «Nosotros también hemos ido, cuando ha sido necesario, a la Ametlla o a Cambrils. Somos un equipo», explica Rillo. El presidente de los armadores, reponsable del barco el Avi Juanito, matiza que si la pesca les ha ido bien la primera noche ha sido, también, «porque no hemos visto atunes». Los pescadores siguen quejándose de las restricciones que sufren a la hora de capturar atunes rojos, una especie que, hace unos años, estuvo en riesgo de extinción, pero que ahora, con la recuperación, se ha convertido en un depredador de las otras especies marinas y, más concretamente, del pescado azul, que es la primera fuente de trabajo y de ingresos de los que pescan con artes de cerco.
«Antes, el atún era una especie de paso», dice Rillo, pero ahora, al ver que no lo acosan, se ha quedado a vivir aquí y vive de lo que nosotros buscamos: las sardinas, los boquerones y las caballas».
El armador no se ve capaz de garantizar, sin embargo, que durante los diez meses de temporada se puedan mantener las buenas expectativas de la primera jornada, porque «la pesca es muy insegura. A veces las barcas vuelven al lugar donde pescaron el día anterior y no encuentran nada, quizás porque el banco de peces se ha marchado o bien porque los atunes los han atacado».
En todo caso, lo que Rillo ve más difícil, a largo plazo, es el futuro. Cree preocupante que ahora sólo haya ocho barcas del cerco en el puerto de Tarragona «cuando hace años había unas 45» y cree que muchos pescadores mayores, si las ayudas comunitarias los compensan, los aprovecharán para desguazar sus embarcaciones y retirarse.
Por su parte, la secretaria de la Cofradía de Pescadores, Roser Sans, se suma al optimismo por el primer día de capturas de las barcas de la luz a pesar de la incertidumbre del futuro. Coincide con el hecho de que el atún es, hoy por hoy, «un depredador nato», pero ve muy bien que los pescadores hayan vuelto a puerto en las barcas llenas. «El pescado azul de Tarragona tiene muy buena salida», dice, «y se vende en los mercados tanto de la demarcación como los del resto del Estado español». Sans espera un buen año, tanto de capturas como de comercialización.
Distribución
En el 2018, La cofradía firmó un acuerdo con la firma comercial Mercadona, según el cual el 80% de la pesca que llega al puerto de Tarragona se destina, mediante esta empresa, a sus necesidades comerciales por todas partes. El otro 20% se reserva para Tarragona ciudad y toda la demarcación, evitando que quede desabastecida de uno de sus productos más característicos.
La flota de Tarragona la integran, a estas alturas, 8 barcas del rodeo o de la luz y 24 de arrastre, que pescan la gamba y la merluza, además de una decena depalangre, para lenguados y pulpos.