Judicial
Fiscalia rebaja a 18 años la petición de pena por el asesinato de un bebé en Tarragona
Las defensas de las dos acusadas piden la absolución y el caso queda pendiente del veredicto del jurado popular
La fiscalía rebaja la petición de prisión permanente revisable, la máxima pena vigente en el código penal, a una pena de 18 años de prisión para las dos acusadas de haber abandonado a un recién nacido en un contenedor del barrio tarraconense de Torreforta hace dos años. Con todo, mantiene que Sara Z. -madre del bebé- y María Celeste E. -la abuela- son culpables de asesinato porque «aceptaron que la criatura muriera». En la rebaja la fiscal ha tenido en cuenta, como atenuante, el «miedo insuperable» de Sara Z. hacia un padre violento, pero remarca que este miedo no las exime de los hechos. Por su parte, las defensas piden la absolución. En la vista de este jueves las partes han presentado conclusiones definitivas. El juez entregará el próximo lunes el objeto del veredicto al jurado popular.
Ninguna de las dos acusadas quiso hacer uso del derecho a la última palabra en la sesión de este jueves, donde todas las partes presentaron sus conclusiones finales. La fiscalía mantiene la acusación por el delito de asesinato, si bien ha accedido a modificar la pena por el «miedo insuperable» que sentían a causa de los malos tratos continuados del padre y marido de las procesadas.
La fiscal no tiene ninguna duda de que el bebé murió y que las procesadas buscaron la muerte de la pequeña, tal y como la propia acusada confesó a compañeras de clase. «Después de un mecanismo de asfixia, sin comida ni ropa... era una posibilidad elevada de que la niña muriera, y ellas aceptaron su muerte, no me cabe la menor duda», ha dicho la fiscal.
«La dejaron en un contenedor de desecho, donde no se filtra, y todo se dirige a la incineradora», ha insistido. En este sentido, mostró total descrédito a la posibilidad de que la pequeña pueda seguir viva, tal y como sostiene la defensa. «La defensa admite sólo abandono de menor, pero eso implica que el menor sobreviva y ese bebé murió», ha sentenciado la fiscal.
«El miedo atenúa, pero no exime»
«Sabían que era posible la muerte de la criatura y lo aceptaron, y llevaron a cabo todo lo que podía provocar su muerte, y el miedo atenúa la responsabilidad, pero no exime». Para la fiscal, las acusadas miraron por su «beneficio». «Si hubieran actuado de otro modo la criatura, que era indefensa, se hubiera salvado», concluye.
Por su parte, la defensa de Sara Z. respondió que «el miedo no es igual para todos» y mantiene la petición de aboslución. El letrado de la abuela, Josep Singla, ha modificado su petición -inicialmente pedía entre 2 y 4 años de cárcel- y ahora también pide la absolución. El abogado defensor insiste en que el bebé estaba vivo y puede seguir siéndolo.
«Solo está probado que la abandonó viva, es imposible un plan para asesinar a la nieta», dice. El juez entregará el próximo lunes el objeto del veredicto al jurado popular, que deberá deliberar y emitir veredicto. El juicio se inició esta semana en la sección segunda de la Audiencia de Tarragona por unos hechos que se remontan al 23 y 24 de marzo de 2020.