La comunidad ucraniana de Tarragona se reúne en una misa contra la guerra

Cerca de dos centenares de personas se reunieron ayer tarde en la parroquia de Sant Pau de Tarragona para asistir a una misa en favor de la paz, como medio de reacción contra la guerra que ha estallado en Ucrania. La mayoría de los asistentes eran de nacionalidad ucraniana y la ceremonia, que se hizo según el ritual bizantino, se ofició en su idioma y en catalán. Los ucranianos residentes en Tarragona se mostraron preocupados por los familiares que han quedado en su país, y al mismo tiempo decididos a resistir la invasión rusa.

Uno de los asistentes, de nombre Ruslan, comentaba acabada la misa que, según las informaciones que tenía, «estamos luchando con fuerza. Hacemos todo el que podemos. El ejército ruso está muy armado, pero los soldados son otra cosa. No tienen ningún motivo personal para estar en nuestro país, y eso influye en su actitud durante los combates. Lo que nos pasa a nosotros, sin embargo, es que no tenemos bastante armamento moderno para pararlos».

Ninguna opción

Ruslan se lamentaba de que estén, ahora mismo, en una situación de combate, pero no nos han dejado ninguna opción. ¿Los rusos siempre pueden decidir volver a Rusia, pero nosotros, dónde tenemos que ir»? Este ciudadano ucraniano explicaba que dejó allí a su mujer y dos hijos cuando vino a trabajar en Tarragona, pero que, afortunadamente, viven cerca de la frontera con Polonia, lejos de la zona de enfrentamientos.

«La gente está atemorizada, pero muchos han ido a alistarse al ejército», añadió.

Otro ucraniano en la misma situación, Vitali, remarcaba que «estamos luchando contra una invasión, vamos todos en la misma dirección y hacemos todo lo que es posible. Estamos mucho agradecidos en Europa, en España y en Cataluña, porque nos dan apoyo. Más optimista que Ruslan, Vitali cree que «ganaremos. De hecho, ya estamos ganando», insistía, esperanzando por las ofertas de negociación de las autoridades rusas. También quería aclarar que «en Ucrania no hay nazis ni fascistas. Loque hay son patriotas». Vitali coincidía con su compañero en que hay una oleada de hombres que ha ido a alistarse al ejército voluntariamente, en demanda de armas para defender el país.

Tatiana, por su parte, mostraba a otros asistentes al acto varias imágenes que ha recibido de su país, como un vídeo donde los habitantes de un pueblecito salen en la calle y hacen parar un tanque ruso, que acaba reculando|retrocediendo, u otra que se ve un grupo de gente de Kiev que ayuda a salir un hombre de los restos de un coche que un blindado invansor ha embestido. Tatiana valoraba el hecho que otros países de la órbita exsoviética, como Georgia, les apoyen, y deploraba que Chechenia, en cambio, se haya aliniat al lado de Rusia.

Durante la misa, sin embargo, el ambiente fue mucho más pacífico, y predominó el canto y la oración. Muchos de los asistentes llevaban banderas ucranianas, que pusieron en varias partes del templo. También siguieron la liturgia varios tarraconenses.