Tarragona revive la procesión del Sant Enterrament después de dos años sin

Tarragona ha recuperado este viernes la procesión del Sant Enterrament después de dos años sin celebrarse por la pandemia. Las trece asociaciones y veinte pasos han desfilado con solemnidad por las calles de la Part Alta en el acto central de Semana Santa. La procesión, organizada por la Congregació de la Puríssima Sang, es la más antigua de Cataluña y fue declarada Elemento Patrimonial de Interés Nacional por la Generalitat el año 2010. Este año, la Agrupació d'Associacions de Setmana Santa ha establecido cuatro puestos de avituallamiento donde los costaleros podrán y sacarse las mascarillas, que están obligados a llevar bajo el misterio. «Nos hace mucha ilusión, es un momento que todos esperábamos», ha dicho su presidente, Francesc Seritjol.

Sólo el repique de los tambores ha roto el silencio que ha impregnado las calles del centro de Tarragona este Viernes Santo. Unas 3.000 personas se han vuelto a poner las túnicas de sus entidades para participar en la procesión del Sant Enterrament. Los Armats de la Sang han arrancado la marcha religiosa cuando pasaban pocos minutos de las siete y media de la noche, seguidas por las asociaciones de la Bandera Negra de La Sang, el Sant Sopar, L'Oració a l'Hort, Vetlleu i Pregueu, la Presa de Jesús i la Flagel·lació, el Cristo del Buen Amor y Nuestra Señora de la Amargura con San Juan Evangelista, el Ecce-Homo, Jesús de la Passió, entre otros.

Los cirios han iluminado el camino de los feligreses en una procesión que no acabará hasta bien entrada la madrugada. «Ya sea con la luz del sol, con el reflejo de la luna o la misma luz de las velas, es genial e incomparable, la procesión de Tarragona se tiene que vivir, no se puede explicar», ha expresado Seritjol. Así, las congregaciones han hecho el recorrido habitual y se han marchado por el paseo de Sant Antoni, atravesando el portal de Sant Antoni, pasando por el Pla de Palau y de la Seu, por la calle Major y por la bajada de la Misericòrdia hasta llegar a la plaza de la Font. También han recorrido la Rambla Nova y bajada de la Peixateria para retornar hacia la plaza del Rei.

La cocap de la banda de La Salle, Raquel Moreno, ha explicado que hace dos meses y medio que ensayan para salir a la procesión del Viernes Santo. Aunque tenían miedo de que fueran pocos, después de los dos años de paro por la pandemia, Moreno ha celebrado que la agrupación haya sumado integrantes y que la formen 28 miembros. «Tenemos muchísimas ganas de volver a salir y los nervios a flor de piel», ha afirmado la joven.

Recorrido con mascarillas

La Agrupació d'Associacions de Setmana Santa ha diseñado un protocolo sanitario postpandemia que recomienda el uso de mascarillas en situaciones donde no se pueden mantener las distancias, mientras que es obligatoria que la lleven los 700 costaleros que reúne la agrupación. «Van en un espacio cerrado, hasta el martes el real decreto nos pide que en los espacios cerrados se tiene que llevar mascarilla, bajo el paso no hay ventilación y el tiempo de exposición en caso de que esté el virus es alto, son entre tres y cuatro horas», ha indicado Seritjol.

El misterio de La presa de Jesús es el paso que más pesa de todos, con un peso de 1.500 kilos. Lo llevan dieciocho personas. Vicenç Viñals, uno de sus costaleros, dice que será angustiante llevar la mascarilla bajo la estructura. Aunque preferiría no llevarla, acepta que es por la seguridad de todos. «Será difícil con la mascarilla yo que llevo gafas, con las faldas dobles y cerradas, es un poco angustiante», ha opinado.

De hecho, otra de las medidas incluidas en el protocolo sanitario son los tests de antígenos que se han tenido que hacer todos los costaleros de los misterios al inicio de cada acto religioso. «La reanudación es con todo el mundo, con los veinte pasos que conforman las trece entidades, a pesar de algún positivo, hoy estaremos todos los costaleros, timbalers, los cuatro grupos de armats de Tarragona», ha destacado Seritjol.

Asimismo, se han establecido cuatro paradas técnicas a lo largo del recorrido, donde las personas que van debajo del paso han podido parar a respirar, beber agua y recuperar fuerzas. En estos puestos de avituallamiento, también se han podido sacar las mascarillas quirúrgicas y se han levantado las faldas de los pasos para airearlas.

Menos sillas de público y gratuitas

Este año, los organizadores han decidido colocar menos sillas –unas 300, situadas entre el Pla de la Seu y de la Catedral-, para que se siente el público. En las últimas ediciones, se habían instalado unas 1.500. Además, en esta ocasión no ha habido que reservarlas y han sido gratuitas.