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«Mi espectáculo está siendo terapéutico para mucha gente, y eso es abrumador»
El popular imitador tarraconense llevará su nuevo espectáculo 'One Man Show' a la Tarraco Arena el próximo sábado 7 de mayo
—A One Man Show lleva a más de cien personajes a escena en un espectáculo de una hora y media, a un ritmo de 2-3 personajes por minuto. ¿Cómo es estar dentro de su cabeza durante la función? —Te tengo que confesar una cosa: a veces, mi equipo sufre porque se dan cuenta de que estoy pensando en otras cosas.
—No me lo puedo creer.
—Te lo juro. Se dan cuenta de ello porque, por ejemplo, voy un poco más lento. Pero es que, a veces, en medio del espectáculo, pienso: «eso no funciona, lo tengo que cambiar...»
—¿Sobre la marcha?
—Sí, es que la cabeza me va muy rápido. Ahora que me están haciendo un estudio, veo que eso, que para mí era normal, no lo es tanto.
—Hábleme de este estudio.
—Lo estamos haciendo con el departamento de Neurología cognitiva y Afasia de la Universidad de Málaga y servirá para avanzar en los problemas vinculados a la afasia, el autismo o la sordomudez.
—¿Y qué han encontrado? ¿Qué tiene de especial el cerebro de Carlos Latre?
—Que va muy rápido. Todavía tardaremos casi un año en acabarlo, porque me compararán con 25 individuos tipo control, pero ya han visto que, por ejemplo, tengo una capacidad de observación un 30% más amplia que el resto de la gente, así como una capacidad de escucha similar. Además, también han determinado que, cuando imito, tengo bilateralidad neuronal. La mayoría de personas utilizan una parte del cerebro o la otra, pero no las dos al mismo tiempo, y en diferentes áreas del cerebro. Es todo muy interesante.
—Le iba a preguntar por la parte de talento y la parte de trabajo que hay detrás de su éxito. El talento, pues, está científicamente demostrado.
—Yo pienso que el talento, pero para todo a la vida, juega un papel del 15% aproximadamente. A mí me ha servido para abrirme camino, pero todo lo que he conseguido tiene mucho que ver con la preparación. Yo tengo formación en teatro clásico, he hecho Shakespeare en Londres, baile, ballet, expresión corporal, he estudiado canto... Es uno no parar, hace falta leer, estar al corriente de la actualidad... Al final, el trabajo es un 80% de lo que haces.
—¿Se puede decir que existe un Método Latre de imitación?
—Sí, y de hecho lo estamos desarrollando. Ya hemos hecho una prueba piloto con 25 alumnos. Hemos empezado por el humor y la imitación, pero se podrá aplicar a cualquier otra disciplina artística. Al final, tiene mucho que ver con el trabajo y la capacidad con desarrollar los potenciales que tiene cada persona a fin de que pueda llegar a vivir de su trabajo como cómico o humorista. Seguramente somos el país con más disciplinas humorísticas del mundo, y no tenemos ningún tipo de formación para eso.
—Vamos a One Man Show . ¿Qué encontraremos?
—Es un espectáculo muy positivo y también muy talentoso. Mi concepción del show bussiness es muy yanqui: todo se basa en el ritmo, el tempo y el show visual y musical. Y también en el talento. Pienso que los espectáculos se tienen que poder hacer partiendo de una caja negra. Y, después, cuantas más cosas pongas, mejor. En mi caso, One Man Show es un espectáculo multidisciplinar, en el que la base es la imitación, pero también incluye un poco de canto, un poco de baile, un poco de interpretación... En definitiva, las cosas que sé hacer. Por aquí somos muy etiquetadores: uno nace imitador, y muere imitador. Yo no creo en eso, creo en las disciplinas y capacidades múltiples.
—Ha anunciado que el espectador podrá identificar a más de cien personajes. Imagino que habrá los clásicos, que todo el mundo espera ver, y alguna sorpresa.
—Habrá muchas sorpresas, porque, para mí, es muy importante que el público se sorprenda. Tengo la suerte de tener espectadores que van desde niños de 5 años hasta abuelos de 90, incluidos aquellos chicos de 16 que no me han visto nunca o gente de mediana edad. Para mí es un reto.
—También ha anunciado algún guiño en Tarragona.
—Sí. Me gusta llegar a las ciudades y saber qué está pasando, qué personajes están de moda, de qué habla la gente en el bar o en la parada del autobús, e incluirlo en el espectáculo.
—Tener un trabajo que consiste en hacer risa a la gente tiene que ser fantástico.
—Lo es. Y ahora, más que nunca, soy consciente de lo que significa. Este espectáculo está siendo muy terapéutico para muchas personas, y estoy gratamente sorprendido. Ahora vengo de Valencia, donde alguien me dijo: «Hoy se acaba mi depresión, hacía dos años que no salía de casa». Otro hombre se echó a llorar alágrima viva explicándome que no recordaba haberse reído tanto en mucho de tiempo. Estoy notando mucho la necesidad de reír, y recibo mucho la estima y la gratitud de la gente. Ser catalizador de las sonrisas es muy bonito. No te puedes imaginar el agradecimiento del público cuando se acaba el show, es alucinante. Muyheavies y abrumador. Maravillosamente abrumador.