«Llevo dos mascarillas porque creo que todavía es pronto para sacarlas»
Muchos usuarios y trabajadores de comercios todavía se cubren la nariz y la boca por precaución a pesar del fin de la obligatoriedad
Los comercios de Tarragona levantaron las persianas ayer sabiendo que, después de dos años, llevar mascarilla en interiores ya no es obligatorio. Sin embargo, todavía muchos usuarios y algunos trabajadores lo utilizan de manera voluntaria por prevención. Supermercados, bares y restaurantes, tiendas de moda y diferentes negocios todavía presentan un alto porcentaje de clientes que se cubren la boca y la nariz, mientras que otros sí se aprovechan del cambio de la normativa para librarse por fin de la mascarilla. «Yo todavía la llevopor precaución, porque creo que es demasiado pronto para sacárnoslas», opina Marco González, quien cree que en unos meses habrá un repunte de contagios. González sale de la librería Adserà con dos mascarillas después de hacer las compras de Sant Jordi: «Dentro casi todo el mundo la llevaba, pero cada uno tiene la libertad de hacer lo que quiera». Considera que para conseguir la seguridad necesaria tendrían que ponerse más vacunas.
Un posicionamiento similar tieneElena Mouliàa: «Yo todavía tengo un poco de miedo. Dentro del supermercado me lahe puesto por prevención». En el interior de los supermercados, tal como comenta Mouliàa, hay mucha gente que todavía utiliza la mascarilla. Por otra parte, los trabajadores también tienen la libertad de sacársela si así lo permite la misma empresa. «Algunos cajeros llevany otros no», comenta Mouliàa, quién añade que en las tiendas donde haya suficiente distancia entre usuarios no se la pondrá.
En el interior del supermercado también utiliza la mascarilla la cliente Cinta Sorribes. «Si es un espacio donde hay mucha gente, seguiré cubriéndome la nariz y la boca», expone. Por otra parte, le ha llamado la atención que «ahora que ya no es obligatorio utilizarla en interiores, veo a mucha gente que la llevaincluso por la calle, al aire libre».
Otro de los argumentos a favor de seguir haciendo uso de las mascarillas es el respeto a la gente de los alrededores, según expresa Ion Ramírez desde la terraza de la cafetería Granier de la Rambla Nova. «Sobre todo tenemos que cuidar de las personas mayores, ya que es el sector de la población con más riesgo», afirma. También considera que el hecho de eliminar la obligatoriedad «contribuye a sacar el miedo» y que no todo el mundo se la quitaráde golpe. «Será un proceso gradual», manifiesta Ramírez, quién añade que llegar a este momento era algo que «deseábamos todos».
Pere Garcés, con residencia en Valencia, está pasando unos días en Tarragona con su hijo. «Me tuve que someter a un trasplante de riñón, así que seguiré llevando la mascarilla por necesidad», relata Garcés desde el Mercat Central.
En la Oficina Municipal de Atención Ciudadana de la Rambla Nova, también la mayoría de los usuarios entra con la mascarilla. Sin embargo, algunos otros celebran poder sacársela por fin, como Mario Nieto y Marián Rodrigo. «Llevarlate agobia y no te permite apreciar las expresiones faciales de los otros», comenta Nieto. Sin embargo, asegura que seguirá utilizándola cuando esté cerca de personas mayores, especialmente de su padre, cerca de los cien años: «Son gente de riesgo y tenemos que actuar con cuidado». Por su parte, Rodrigo se muestra satisfecha para poder destaparse ya la parte inferior de la cara y afirma que sólo lo utilizará cuandoy dondesea obligatorio.
La perspectiva de los comercios
En el mismo OMAC, los trabajadores siguen utilizando mascarilla e incluso se mantiene la mamparaque los separa de los usuarios. También en la Rambla Nova, desde el Bar Moto Club, Baudili Romero comenta que «algunos clientes vienen con mascarilla, pero mayoritariamente no la llevan». Añade que ayer, al entrar alguien, le preguntó si podía sacársela. Con la misma situación se encontró Eva Tules, de la tienda Misako. «La gente es bastante respetuosa y los trabajadores la llevamospor voluntad propia», expresa. Unos metros más arriba, desde la tienda Okaïdi exponen que a media mañana habían visto que más de la mitad de clientes la llevaba.
Álvaro Di Lorenzo, sin mascarilla tras el mostrador de la tienda INTECAT, manifiesta que también muchos clientes le preguntan si pueden entrar sin. «Algunos ven que nosotros no la llevamos y se la sacan», asegura. Por su parte, Amalia Hechevarria, de la cafetería Flora, explica que ayer «empecé a trabajar sin mascarilla, pero al ver que mucha gente la seguía llevando decidí ponérmela». Sin embargo, cree que el cambio de la normativa favorecerá los negocios.