Educación
La URV recupera una gran parte de la cifra de estudiantes entrantes de Erasmus
El número de llegadas (252) se aproxima al de prepandemia, mientras que el de salidas previstas (463) supera incluso el del curso 2018-2019
El número de estudiantes entrantes de Erasmus en la Universidad Rovira i Virgili ha aumentado este curso, con un total de 252, después de registrar 104 durante el 2020-2021 a causa de la pandemia. Aunque la cifra varía año tras año, todavía está lejos de los 333 del 2018-2019. Durante el curso que quedó interrumpido en marzo por el confinamiento, hubo un total de 290 alumnos extranjeros en Tarragona. Por otra parte, los estudiantes de la URV que deciden vivir la experiencia de estudiar en otro país alza este año en 463, de los cuales 194 ya han completado la estancia, 234 lo están haciendo en este momento y 35 están pendientes de confirmar la renuncia. Estos 463 superarían sobradamente la cifra de 227 del año pasado e, incluso, la de 453 del curso 2018-2019. Además, para el curso 2022-2023 ya hay planificadas 472 movilidades internacionales y la previsión se que el número pueda aumentar en más de 50. Con respecto a las llegadas, la mayoría de los estudiantes que deciden hacer unos meses de Erasmus en Tarragona son franceses, italianos y alemanes. Según comenta el vicerrector de Internacionalización, John Style, «es una cuestión de proximidad lingüística», lo cual facilita el estudio. «Además, los países mediterráneos tenemos un sistema universitario bastante parecido, motivo porel cual confían al venir aquí», añade. Durante este curso, la URV ha recibido a 117 italianos, 45 alemanes y 33 franceses. La suma de estos tres países supone un 77,3% del total.
La mayoría de alumnos llega a Tarragona para estudiar, pero hay otros que lo hacen para realizar unas prácticas. Este curso, 21 personas de países extranjeros han optado por esta posibilidad. En este sentido, se supera la cifra prepandémica (16).
Por otra parte, la salida del Reino Unido de la Unión Europea dificultará la movilidad entre países, aunque no acostumbran a ser muy habituales los intercambios con el Reino Unido. «Todavía no hemos sufrido las consecuencias porque firmamos un convenio temporal», relata a Style, quien añade que el brexit se notará de cara al próximo curso. «Las universidades estamos dispuestas a seguir haciendo intercambios, el problema es que la Unión Europea no dará beca, lo cual comportará que los estudiantes que quieran marcharse tengan que pagar muchos gastos más, entonces puede dejar de interesar», detalla el vicerrector de Internacionalización. Además, los alumnos sólo podrán estar un cuatrimestre por razones de visado.
La URV también cuenta con programas de movilidad en países de fuera de Europa y ofrece ayudas a los estudiantes. En los últimos cuatro años, la URV ha tenido en sus aulas alumnos de Argentina, Túnez o Israel, entre otros.
La experiencia en la URV
La URV recibe desde hace años a un gran número de estudiantes italianos. Elena Maria Pirrone, de la isla de Sicilia, está estudiando el máster de Comunicación estratégica en el Campus Cataluña. «Tarragona me ha gustado mucho, pensaba que era más pequeña», expresa Pirrone, quien tuvo que ubicar la ciudad en el mapa antes de dejar su casa. Con respecto a los estudios, asegura que se siente muy cómoda en las aulas: «Los profesores son muy jóvenes, más que en Italia, y dan un trato próximo y mucha confianza».
Pirrone llegó en el mes de enero a Tarragona y estará hasta junio. Vive cerca del Campus Cataluña y comparte piso con tres compañeros. Además, muchos días va al centro deportivo Viding Sant Jordi. Desde la Unión Europea recibe unos 300 euros cada mes que laayudan a asumir los gastos de su estancia en Tarragona. Cuando se marche, tendrá que hacer el trabajo final para la Universidad de Urbino, su universidad de procedencia en el norte de Italia. «La parte norte del país está donde hay más posibilidades de futuro», manifiesta Pirrone.
Un caso similar es el de Giulio Arturo, quien estuvo en Tarragona para seguir su grado de Psicología en la URV durante cinco meses, desde octubre y hasta el pasado febrero. Arturo es de la ciudad de San Remo, ubicada en el noroeste de Italia, y estudia a la Universidad Niccolò Cusano de Roma. «Escogí Tarragona porque quería vivir en España durante unos meses, creo que es un país donde se vive bastante bien y con tranquilidad», destaca a Arturo.
«Tarragona es, en general, una ciudad muy agradable, lo que más me gustó es que está cerca del mar, fundamental para mí,» señala también Arturo, quien aprovechó para visitar otras ciudades de Cataluña y España durante su estancia. Precisamente, la proximidad de Tarragona a otras ciudades es uno de los aspectos que destaca Arturo: «Está muy cerca de Barcelona, en cuanto tuve la oportunidad de viajar a varios lugaresdel país». Por otra parte, manifiesta que lo que menos le gustó es «la poca actividad nocturna que hay». En este sentido, añade que se parece a San Remo.
Con respecto a los estudios, Arturo confirma al testigo|testimonio de Pirrone: «Me gustó mucho la relación entre profesores y alumnos, es completamente diferente a Italia, es mucho más amistosa». Sin embargo, expresa que le gusta más el currículum de asignaturas de su universidad.