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«La corrupción que llega a los juzgados es la punta del iceberg, la mayoría no se detecta»
El magistrado presenta este jueves a las 19 h., en el Colegio de Abogados de Tarragona, un estudio sobre el pasado y el presente de la corrupción en España
—En su libro explica que durante la dictadura franquista se instala en España un alto nivel de corrupción. —En el libro hablo de casos de corrupción ennuestro país desde la Edad Media, hay prácticas muy antiguas. Pero el régimen franquista fue muy importante para la corrupción actual, por la larga duración del régimen (cerca de 40 años), y por las características de la dictadura, que facilitan mucho que la corrupción se extienda en todos los rincones. Aquel fue el sistema político inmediatamente precedente de nuestra democracia y, por lo tanto, sería impensable que no hubiera importantes continuidades.
Eso no quiere decir que Franco sea el responsable de la corrupción actual, que es culpa exclusiva de los gobernantes democráticos, pero si queremos entender la enorme amplitud de las prácticas corruptas y lodifícil que es erradicarlas, tenemos que analizar los mecanismos porlos cuales se perpetró ampliamente la corrupción durante el franquismo y las dificultades durante la Transición y los primeros años de democracia para romper estas prácticas.
—¿El régimen enriqueció a muchas personas, empezando por el mismo dictador?
—La corrupción enriqueció al dictador, a muchos de sus familiares, ministros, generales, gobernadores civiles y una buena parte de cargos de la dictadura. Y fue un elemento funcional, el caudillo era un personaje muy pragmático que entendió perfectamente que si los principales sectores que apuntalaban el régimen estaban satisfechos económicamente, el régimen duraría.
—¿Algunos de aquellos sectores tan beneficiados entonces mantienen todavía privilegios?
—En nuestro sistema democrático hubo muchas continuidades del régimen anterior. Pensamos que la mitad de los últimos 50 ministros de Franco continuaron en política en democracia. El primer parlamento democrático de 1977 tenía 110 parlamentarios que habían sido políticos del franquismo. El Movimiento Nacional y los Sindicatos Verticales tenían decenas de miles de empleados que se convirtieron en funcionarios públicos sin pasar por ninguna oposición.
La otra mitad de los ministros que no entraron en política, pasaron a los consejos de administración de las principales empresas del país. Por otra parte, buena parte de las grandes fortunas que se constituyeron durante la dictadura, entre ellas las de las compañías eléctricas las grandes entidades bancarias, o las grandes promotoras y constructoras de obra pública, continuaron sin ningún tipo de corte en democracia.
—¿Por loque durante la Transición no se puso fin a todas estas dinámicas?
—Tal como se planteó, la ruptura era imposible porque el régimen había llegado muy fuerte hasta el final, y fueron dirigentes del postfranquismo los que pilotaron la Transición. No se podían exigir responsabilidades por la corrupción del régimen mientras se estaba negociando una Constitución y un nuevo sistema democrático con las personas que venían de aquel régimen.
Por otra parte, los grandes pelotazos de Jesús Gil en Marbella u otros constructores no empiezan en democracia, venían de la dictadura. En el libro explico las maniobras especulativas en el conjunto territorial que, en buena parte, fueron sacadasadelante por constructores beneficiados enormemente por el régimen a través de mecanismos de corrupción.
Muchos de ellos habían empezado las fortunas con mano de obra esclava de prisioneros republicanos, con la promoción de obras públicas pero también con la promoción de viviendas de protección oficial con todo tipo de tratos de favor. Son estos constructores los que después se esparcen en la época de desarrollismo con los movimientos especulativos en la costa. Las grandes maniobras fraudulentas en la adjudicación de obras públicas vienen de la dictadura, no empiezan en democracia.
—Desde su punto de vista, qué considera más útil en la lucha contra la corrupción: ¿la prevención o el castigo?
—La ciudadanía pide sobre todo mano dura y castigos ejemplares, pero aunque el Código Penal es un instrumento más, no es el más importante. Se activa cuando el mal ya está hecho, y a menudo las tramas corruptas ya se han llevado el dinero de la sociedad y los han escondido en espacios de opacidad, donde son muy difíciles de recuperar. Además, la corrupción que llega al juzgado es la punta del iceberg, la inmensa mayoría no se detecta.
Los juzgados no pueden resolver cuestiones que se tendrían que solucionar con medidas preventivas, en materia de legislación de contratos de adjudicación de obras publicas para que no sea tan fácil adjudicar a las tramas amigas, en materia de controles independientes internos enlas administraciones públicas, en mecanismos de transparencia para saber bien qué pasa enlas administraciones públicas y partidos políticos... Los países con niveles más bajos de corrupción hacen, sobre todo, un gran trabajo en materia de prevención.