Tarraco Viva reivindica las ciencias humanísticas en el primer fin de semana de actividades
La organización espera recuperar datos de participación de antes de la pandemia con un programa para todos los públicos
El festival Tarraco Viva ha empezado este fin de semana la 24.ª edición, que este año gira en torno a las ciencias humanísticas. Según el director del certamen, Magí Seritjol, aunque las ciencias aplicadas representan un pilar para la sociedad actual, «no es suficiente» y por eso se ha trabajado en un programa que pone énfasis en la historia reciente y la arqueología. Así, se han organizado unas 300 actividades con que se espera recuperar cifras de asistencia de antes de la pandemia, cuando unas 17.000 personas asistían al festival. Varios municipios del Campde Tarragona acogen propuestas para todos los públicos, como es el caso de Altafulla, donde este domingo se ha hecho una recreación histórica sobre legionarios romanos del emperador August.
El público que ha asistido a esta jornada ha sido mayoritariamente de carácter familiar y de proximidad. Es un ejemplo Guillem Hidalgo, un padre de familia proveniente de Terrassa que ha aprovechado la programación de este fin de semana para pasar unos días entre Tarragona y Altafulla. Según Hidalgo, esta está la primera vez que participan en la Tarraco Viva, pero no será la última. Entre los asistentes del festival, la organización asegura que el certamen tiene un poder de convocatoria que va más allá de Catalunya y llega a la Comunidad Valenciana, Aragón, Madrid o el País Vasco. Sin embargo, el festival también atrae profesores de historia o latín, así como otros profesionales vinculados en estos ámbitos. Según el director de Tarraco Viva, Magí Seritjol, se trata de un público que valora los nuevos formados que se utilizan para divulgar la historia y que han servido de referencia por otros festivales históricos internacionales.
A la vez, el certamen no se concentra solamente en la ciudad de Tarragona, sino que se esparce por varios municipios como son Cambrils, Constantí, Altafulla, Vila-rodona y por primera vez este año, Reus. Se trata de una situación que no es en vano, tal como ha destacado Seritjol. «Es una idea muy romana, era lo que llamaban ager; el territorio se dividía en una parte rústica y una urbana, nosotros apostamos por un festival de territorio y no únicamente de una ciudad» ha defendido. La edición de este año, con unas 300 actividades repartidas en una treintena de espacios, cuenta con un presupuesto de unos 220.000 euros.
Las ciencias humanísticas, en el centro
Este 2022 se celebran varias efemérides, como es el caso del hallazgo de la tumba de Tutankamón ahora hace cien años, el inicio de las excavaciones en la ciudad mesopotámica de Ur en 1922, el doscientos aniversario del desciframiento de los jeroglíficos egipcios por parte de Jean-François Champollion o los doscientos años también del nacimiento de Heinrich Schliemann, el descubridor de Troya. Coincidiendo con estos hechos, el festival ha preparado un programa en que las ciencias humanísticas recuperan un protagonismo que según Seritjol, en el siglo XXI se ha quedado en un segundo término por detrás de las ciencias aplicadas. En esta línea, el director de Tarraco Viva ha remarcado que recordar el pasado permite no sólo entender un capítulo de la historia, sino también comprender el presente.
Cuando todavía queda por delanteotro fin de semana con actividades centradas en la historia y la arqueología, Seritjol ya piensa en la vigésimaquinta edición, que tendrá lugar el próximo año. En esta línea, el director de Tarraco Viva ha apuntado a la ACN que de cara a la próxima edición se planteará abrir una nueva ventana a la historia, concretamente sobre las culturas mesopotámicas.