«Los barrios sufren una dejadez en microurbanismo»

— Uno de sus objetivos para el próximo mandato es mejorar la seguridad ciudadana.

— La seguridad es uno de los temas primordiales. Los políticos nos tenemos que preocupar de los problemas que preocupan a la gente, y el tema de la seguridad, sobre todo en los barrios, es uno de los más recurrentes. Es tanto mi compromiso con intentar mejorar la seguridad de que, cuando sea alcalde, seré yo quien lleve la seguridad de manera directa. Creo que es la manera de demostrar a la ciudadanía la importancia que le damos. Lo que no podemos hacer es tratarla como otros partidos extremistas: de manera populista. No podemos poner a un policía detrás de cada persona. Eso sería un estado policial, no una democracia.

— Qué medidas se pueden implementar?

— Hay muchas cosas por hacer: la plantilla de la Guardia Urbana se tiene que aumentar, se tienen que mejorar las condiciones que tienen los agentes, se tienen que generar unidades especialistas... Por ejemplo, uno de los graves problemas es la ocupación de inmuebles, y no pecaremos de buenismo . Una cosa son las ocupaciones de familias que se han quedado sin casa por una ejecución hipotecaria, pero no tenemos que confundir que muchos de las ocupaciones que tenemos actualmente son delincuenciales. Se utilizan para hacer plantaciones de marihuana, y eso no se puede permitir porque ataca en la base de la libertad. Sin seguridad no hay libertad, por lo tanto nosotros crearíamos una unidad especial de la Guardia Urbana para las ocupaciones. Seremos contundentes, pero también seremos progresistas y diferenciaremos, ya que muchas veces el origen es la falta de recursos. También tomaremos medidas dissuaròries, como lectores de matrícula, que facilitan la tarea de la policía. Pero tampoco podemos olvidar la parte social y no intentar generar actividades de reinserción laboral, formativas...

— Aparte de mejorar la seguridad, qué otras propuestas tienen para los barrios de cara a la próxima legislatura?

— Los barrios sufren un abandono en microurbanismo, por ejemplo. No se está haciendo el mantenimiento. También hace falta algún tipo de actuación que irradie cambios. Por ejemplo, hoy estamos en la Rambla de Ponent, que la hizo el alcalde Josep Fèlix Ballesteros y fue fruto de una inversión por la Ley de barrios. Yo vivía aquí al lado y cambió todo. Por lo tanto, actuaciones urbanísticas de este tipo pueden mejorar la vida de la gente. Alumbrado, jardinería, seguridad, microurbanismo de aceras, parques infantiles... Queremos crear espacios de convivencia para que se viva mejor.

— Alguno de los cambios que se están haciendo actualmente en el ámbito urbanístico tienen que ver con la movilidad sostenible. ¿Qué opina?

— Los peatones tenemos que ganar a los coches. Eso implicaría un cambio del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), de manera tal que haya parkings disuasorios en torno a la ciudad, conectados, servicio de autobuses llançadera con frecuencias de unos 10 o 15 minutos y otros medios, como, por ejemplo, los patinetes. Eso implicaría que vaciamos el centro de vehículos para ganar espacios para los peatones. La última coca de la Rambla, no tengo ninguna duda, tiene que ser de peatones. O la Isla Corsini la tenemos que ganar al tráfico rodado. Es una idea de Albert Abelló –exportavoz del PDeCAT Tarragona-, que en paz descanse, que nos gusta mucho y podemos llevar a cabo de verdad. También tenemos que tener una visión verde de la ciudad. Tenemos que pensar en Horta Gran, que tiene que ser el Central Park de la ciudad, que la una con el Parque Francolí y con los barrios de Ponent. Eso sí que sería único, con un nuevo puente, con carriles bici bien hechos, que no impliquen sacar un quiosco. Queremos hacer una ciudad más verde y hacerla, además, con una empresa energética municipal.

— La cartera de Seguridad Ciudadana la cogerá Usted. El actual alcalde tiene la de Turismo. ¿Qué opinión tiene con respecto a la gestión de Turismo actualmente?

— Hace nada se tuvieron que volver más de 300.000 euros porque no se les supo gastar. Creo hace falta una pizca más de promoción turística. Yo soy uno friki de la historia, no lo puedo evitar, y ser de Tarragona es un honor, es la única ciudad con un conjunto Patrimonio de la Humanidad de Cataluña y una de las pocas de toda España. ¿Si no explotamos eso, qué tenemos que explotar? ¿Qué factor diferencial tenemos? Las ciudades competimos entre nosotros. ¿Qué tengo que hacer? ¿Yo me tengo que inventar un festival de cine para ser diferente? No, ya tengo alguna cosa diferente. Generamos riqueza a partir de eso. Tenemos que explicar mucho mejor nuestro patrimonio, no de una manera decimonònica, sino de una manera del siglo XXI, con màpings, recreaciones... Siempre pienso en el proyecto de la Colònia Tàrraco, una recreación en vivo de la Tàrraco del siglo I, que se podría hacer donde está el actual Palacio de Congresos, en uno de los pabellones, y que permita que entres a la Tàrraco del siglo I, con actores, con soldados, con las comidas, con la música... Sería un rasgo diferencial, una manera diferente de explicarlo. También pienso, y nos podría ayudar el Puerto, al hacer una recreación de una galera romana, que tú puedas subir, a que vivas experiencias. Eso atraerá turistas. Ahora ya no se dice tanto turista, sino visitando. Yo quiero la economía del visitante, quiero que se deje dinero en nuestra ciudad, no sólo que vengan a consumir recursos. También tenemos los cruceros. Tenemos que generar riqueza, puestos de trabajo y una situación económica que sea mejor para todos y que se beneficie el pueblo, que es lo importante.

— Qué otros objetivos tienen en mente?

— También tenemos que trabajar en el Área Metropolitana de Tarragona. Cuando se escoge un alcalde o alcaldesa, no escoges sólo al alcalde de una ciudad, escoges al líder de un territorio. Necesitamos un liderazgo diferente. Tarragona tiene que ser quien lidere la capitalidad, por historia, por población, por potencial económico, por proyección y también por relaciones. Tenemos que empezar a hacer que sea una cosa tangible el Área Metropolitana. El tema del transporte es básico. Las conexiones son lo que hace que se generen sinergias, y ahora no estamos conectados. El conjunto del Área Metropolitana tendría que decidir cómo lo queremos hacer, no que nos lo decidan desde Barcelona. Con respecto a los autobuses, por ejemplo, por qué tenemos que tener un servicio en Tarragona, otro en Reus... Podemos unificarlos. Al final, somos 800.000 personas, somos la segunda capital de Cataluña y nos lo tenemos que creer. Sin competir con Barcelona, que es otra liga, pero nos podemos beneficiar mucho.