Un grupo de mujeres chinas funda en Tarragona una asociación para integrar la comunidad

Un grupo de mujeres chinas promueve una asociación para ayudar a la integración de los inmigrantes de su país en la ciudad. Quieren prestar asistencia a las personas que llegan y se encuentran con el mismo impacto cultural y social que sufrieron ellas cuando estuvieron en Tarragona por primera vez, e intercambiaron servicios y experiencias con la comunidad. También se muestran abiertas a hacer conocer los aspectos de su manera de vivir a la gente nacida aquí que esté interesada. El proyecto se llama Asociación de mujeres y niños chinos , y ahora mismo tramitan su inscripción al departamento de Justicia de la Generalitat.

Tres de las fundadoras son Xiao Xia Zou, Hong Ying Liu y Xue Lin Wang, las tres establecidas desde hace tiempo en Tarragona, «casi veinte años», dice Wang, y coinciden en el hecho que «cuandollegamos aquí no sabíamos cómo era la sociedad, ni la manera de ir al banco, o al médico. Ni tampoco el idioma, claro está. Ahora que ya estamos un poco integradas, que cada uno tiene sus negocios, queremos hacer cosas para ayudar. Los chinos se ayudan entre todos», dice Zou.

Wang añade que «ahora que hemos resuelto nuestras necesidades básicas, hace falta una pizca de cerebro y de espíritu», y de aquí surgió la idea de constituir la asociación. Los primeros pasos las hicieron hace dos años, pero con la aparición de la pandemia detuvieron la tramitación hasta ahora, que la han reanudado. El esquema que proyectan seguir, en principio, es sencillo. Quieren una asociación de apoyo mutuo donde cada uno aporte el conocimientos o las experiencias que tiene en el resto de los miembros y, principalmente, a los más pequeños, para que no tengan que pasar por las mismas dificultades que experimentaron ellas. «Cuando llegas aquí es muy difícil aprender las cosas, pero nosotras somos muy luchadoras», dice Wang. Ella misma es profesora de chino, pero se gana la vida como socia de la cafetería Xia Lin, en la avenida Ramón y Cajal, mientras que Zou dirige el bar Dorado, en la calle Prat de la Riba y Liu es responsable de la tienda de productos de peluquería OK Cabell, también a Ramón y Cajal.

Las tres explican los motivos del éxito en las tradiciones chinas de apoyo familiar. Estas costumbres incluyen el hecho de inmigrar juntos, en muchas ocasiones, y de prestarse ayuda económica. Las relaciones de confianza entre amigos también son muy importantes en su cultura. «China es muy familiar», dice Wang, mientras que Liu puntualiza que «aquí padres e hijos están muy separados, tanto físicamente como por la mentalidad», según le parece.

Deudas

Liu no duda a atribuir estos hechos a un tópico muy generalizado: «Dicen que con los chinos todo es mafia, y eso no es cierto. Como mayores la familia, más dinero nos podemos dejar para hacer bien los negocios», afirma. Wang añade que «nosotros podemos tener deudas, naturalmente, pero no con los bancos. Los tenemos con la familia o con los amigos. Así es como trabajamos. Lo que pasa es que, hasta ahora, los chinos no hemos tenido ningún altavoz para explicarnos, para expresar nuestro pensamiento. Esperamos que, con esta asociación, lo podremos hacer mejor», dice.

No les gusta, de hecho, que la palabra «chino», o «xino », haya ocurrido sinónimo de cosa barata y de poca calidad. «Queremos que nuestro trabajo o el nuestros servicios tengan cada día más calidad», concluye Wang.