«Queremos ayudar a las personas mayores a prevenir posibles estafas digitales»

Cruz Roja Tarragona ayuda las personas mayores a ampliar sus conocimientos tecnológicos. Desde finales del año pasado, ofrecen clases en grupos de unas seis personas con el fin de mejorar sus capacidades informáticas, sobre todo en el ámbito del teléfono móvil. Las clases se realizan cada jueves y tienen una duración de dos meses. Una vez acabado el curso, empieza de nuevo con otro grupo. Esta es una de las diferentes actividades que Cruz Roja destina a las personas de la tercera edad.

Tal como expone una de las integradoras sociales y técnicas del departamento de Personas Mayores de Cruz Roja, Blanca Itziar, antes de la pandemia se habilitó un punto de atención para ayudar a realizar los trámites en línea requeridos de manera individualizada. «Durante la pandemia también hacíamos videollamadas», explica Itziar. Una voluntaria iba a casa de las personas mayores, los instalaba el programa y los enseñaba a utilizarlo. De esta manera, pudieron realizar diferentes talleres de manera telemática.

Tanto Itziar como Anna Garrido, también integradora social y técnica del departamento de Personas Mayores de Cruz Roja, se encargan de transmitir los conocimientos en el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) con la ayuda de la voluntaria Eva Fusté, quien acaba de prejubilarse. «Me propuse que si algún día tenía el privilegio de cobrar sin trabajar, ayudaría a otras personas», señala Fusté.

Las clases empezaron a mediados de 2021. Desde entonces, se imparten a las tardes de los jueves en la plaza de los Infants, en la Part Baixade Tarragona. Los usuarios disponen de un dosier donde se explican diferentes herramientas y utilidades del teléfono móvil, desde aplicaciones de mensajería hasta códigos QR o la nube. «Generamos el contenido según las necesidades», indica Itziar. Cuando empezaron las clases, por ejemplo, se les enseñó a instalar la aplicación La meva salut, del Servicio Catalán de la Salud, a través de la cual gestionan diferentes aspectos sanitarios.

Aparte de reforzar y ampliar los conocimientos de los usuarios en el envío y la recepción de mensajes o a hacer fotografías, otra de las misiones es ayudarlos a «prevenir posibles estafas digitales», según expresa Itziar. Las personas mayores son uno de los colectivos más vulnerables en el ámbito de los delitos por internet. El departamento de Personas Mayores combate la brecha digital con el fin de darles seguridad y que no les roben datos o dinero.

Cruz Roja también cuenta con otros proyectos que pretenden dar más «autonomía a las personas mayores y promover un envejecimiento saludable», tal como apunta Itziar. Las mañanas, por ejemplo, se llevan a cabo actividades físicas, cuya ubicación va cambiando de barrio.

Alumnos de Cruz Roja

Los grupos de clase les forman a unas seis personas, pero, con el fin de las restricciones por la covid-19, la cifra podría ampliarse para permitir la entrada de más gente en el aula. Rosa Briansó, alumna del tercer grupo, asegura haber mejorado sus conocimientos en el envío de mensajes y de la cámara del móvil. A su vez, Maria Riola, residente en el centro de la ciudad, también asegura haber aprendido diferentes herramientas del teléfono móvil: «Tenía mucho respeto al móvil, pero ahora ya puedo encontrar y escuchar música, por ejemplo. Me sirve como distracción, que es lo que necesitamos».

Una vecina de la avenida Ramón y Cajal, Pilar Gómez, no sólo aprende tecnologías con Cruz Roja, sino que también tiene interés en ampliar sus conocimientos lingüísticos: «Tengo muchas ganas de aprender, incluso idiomas, como el chino». Gómez también utiliza su tiempo al ir a natación y escribir poesía. Cuando tenía 64 años, se sacó el carnet de conducir. Por otra parte, Benilde Lorendo aprovecha el aprendizaje para reservar billetes de avión y tren en línea. Lorenzo está empadronada en Tarragona, pero tiene familia en Ginebra, Suiza.

¿Qué os han enseñado en las clases de Cruz Roja?

Maria Riola

«Tenía mucho respeto al teléfono, pero ahora ya he aprendido sobre diferentes herramientas. Puedo encontrar y escuchar música. Me sirve como distracción, que es el que necesitamos las personas mayores.»

Pilar Gómez

«Tengo muchas ganas de aprender, no sólo informática, sino también idiomas. Aprovecho el tiempo para escribir poesía y hacer natación. A los 64 años me saqué el carnet de conducir.»

Benilde Lorenzo

«Estoy empadronada en Tarragona, pero tengo hijos y nietos en Ginebra, así que he aprendido a reservar billetes de avión y de tren para ir. También aprovecho el conocimientopara escuchar música.»