Urbanismo
Los vecinos de parcelas Iborra de Tarragona esperan el inicio de obras en unos meses
Afirman que los proyectos de reparcelación y urbanización ya están casi terminados
Los vecinos de la zona conocida como parcelas Iborra, comprendida entre el valle de la Arrasbassada, la ermita de la Salud y el estadio del Nástic, podrían ver cómo empiezan las obras de parcelación y urbanización, largamente aplazadas, antes de que acabe el año. Así lo afirman después de sus contactos con el Ayuntamiento, una vez el proyecto se vio interrumpido por el anulació del POUM cuando toda la tramitación estaba casi terminada. Parcel·les Iborra, un barrio casi de autoconstrucción, no cuenta a estas alturas con ninguna regulación oficial, más allá de la voluntad municipal de arreglar el problema.
El presidente de la Asociación administrativa de cooperación de las parcelas Iborra, Enric Casasayas, ha indicado que «cuando el TSJC anuló el POUM de Tarragona, en 2018, nos quedamos sin normativa pero, gracias a las normas subsidiarias que atienden las cuestiones más urgentes, ahora estamos a sólo unas semanas de que se aprueben los proyectos de reparcelación y urbanización».
Estos dos proyectos convertirán el barrio en un lugar con características similares a los otros, pero tampoco han estado exentos de polémica, ya que de la extensión que se asigne a cada propiedad dependerán las contribuciones de que los vecinos tengan que pagar. En primer término, para financiar las obras de urbanización, que incluyen los suministros de gas, luz, agua y alcantarillado. Actualmente todas las casas disponen de fosas sépticas, y reciben las otras conexiones fuera de las redes principales.
Según Cassayas, una vez los planos anteriores se tuvieron que anular atendida la ausencia del POUM, se empezó a trabajar en los nuevos proyectos, de manera que próximamente estarán terminados. Es por eso que afirma que las personas del Ayuntamiento con quien está en contacto, y que no ha precisado, le han dicho que «no os extrañáis si veis las máquinas empezar el trabajo antes de finales de año».
El representante de los vecinos remarca que hace falta que se ocupen de sus necesidades vitales. «Eso no es una cuestión de que nos den las licencias. Es una cuestión de dignidad», dice.
Casasayas no espera nuevas polémicas en el barrio. «Entiendo que algunos defenderán sus legítimos intereses», dice, en referencia a los que les toque pagar por la reparcelación una cantidad con la que no estén de acuerdo, «pero el hecho es que los que tengan que pagar más estarán financiando instalaciones en beneficio de toda la comunidad», afirma Casasayas.
Presupuesto de ejecución
El presupuesto de ejecución de las obras asciende a 3.160.726,56 euros de los cuales 211.173,81 tendrá que asumirlos la administración local y el resto, los vecinos. Una vez las obras estén acabadas se podrán construir entre 50 y 75 viviendas nuevas, más de 8.000 metros cuadrados de calles nuevas con la posibilidad de acoger además de un centenar de familias. Estas son algunos de los hitos que se conseguirán con la urbanización de los terrenos.
El concejal de Servicios Centrales, Jordi Fortuny, ha indicado que, una vez esté toda la tramitación terminada, el Ayuntamiento no tendrá problemas para financiar su parte de las obras, ya que «es un dinero que ya estaban consignados de ejercicios anteriores. Eso quiere decir que no les hemos tocado y que, cuando sean necesarios, los utilizaremos».
Casasayas ha coincidido en afirmar que «hemos visto un cambio» en la actitud del Ayuntamiento, y que este vez espera que las obras se lleven a cabo, ya que «otras veces hemos estado en un momento parecido y al final no ha podido ser», ha dicho en referencia al anulació del POUM, cuando todo el proyecto se quedó sin marco legal para la ejecución después de que decayera.