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Joan Planellas, sobre los abusos sexuales a menores: «Tenemos que actuar con sentido de justicia y misericordia»

El obispado de Tarragona asegura que no tiene ningún problema ni disputa legal por la propiedad de los 404 bienes inmatriculados

El arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, trabajando en su despacho en el arzobispado.

Joan Planellas, arzobispo de TarragonaACN

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El arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, ha tenido que afrontar tres casos de abusos sexuales a menores desde que fue ordenado el 8 de junio de 2019. Después de tres años al frente de la diócesis dice que han actuado con la máxima transparencia y claridad y remarca que han llevado los casos a fiscalía y abierto procesos canónicos. «Tenemos que actuar con el máximo sentido de justicia y misericordia», sostiene Planellas. En el caso del canónigo archivista de la catedral de Tarragona y director del archivo histórico, Manuel Fuentes, recuerda que lo suspendieron durante quince años de sus responsabilidades pastorales por unos hechos que habían prescrito. Aparte, el obispado asegura que no tiene ningún problema ni disputa legal por la propiedad de los 404 bienes inmatriculados.

En una entrevista en ACN, el arzobispo Planellas explica que han intentado «carear con la máxima contundencia» los casos de presuntos abusos sexuales a menores cuando han sido conocedores de los hechos. Pide ser «equilibrados» y no hacer de juez cuando la justicia ya ha cerrado las causas. El mosén de Arbeca, Josep Maria Font, fue absuelto canónicamente por falta de pruebas mientras que la causa contra el cura de Constantí, Francesc Xavier Morell, se archivó por la vía judicial. Ambos fueron destituidos al hacerse público, en febrero del 2019, que habían sido investigados por el Vaticano por presuntos abusos infantiles, en unos hechos que se remontan al 2015 y 2016.

Sin especificar de qué caso se trata, Planellas explica que la madre de una presunta víctima de abusos se le acercó a la salida de una parroquia para agradecerle todo el trabajo hecho para aclarar los hechos. «Eso solo me reconforta porque he actuado haciendo lo que creía que se tenía que hacer. Tenemos que ayudar a curar heridas tanto a las presuntas víctimas o víctimas y a sus familias, así como a los mosenes que se han encontrado con estos casos», señala. De hecho, se pregunta cuál tiene que ser la «rehabilitación» de estos curas, porque argumenta, también son personas. «He hablado con las posibles víctimas y me lo he tomado muy seriamente, el corte entre misericordia y justicia es muy fino», insiste.

Con respecto a los dos casos de abusos sexuales cometidos por el canónigo archivista de la catedral de Tarragona y director del archivo histórico archidiocesano, Planellas, de acuerdo con la Santa Sede, impuso a Manuel Fuentes varias penas para evitar «la impunidad», después de la prescripción civil de los hechos ocurridos hace tres décadas. En concreto, le prohibieron el ejercicio público del ministerio presbiteral y de la docencia eclesiástica durante un año y le impuso la prohibición durante quince años de ejercer ninguna responsabilidad pastoral en una parroquia, así como no tener voz ni voto como canónigo en el Capítulo de la Catedral.

«A partir de septiembre puede hacer de mosén, pero sin responsabilidades directas, no hemos hablado directamente con él del sitio ni de lo que se hará, se intentará que preste alguna ayuda como mosén», indica el arzobispo. A raíz de estos casos, la institución eclesiástica creó la Oficina de Prevención y Protección de Abusos del Arzobispado, una comisión formada por una trabajadora social, una psicóloga, un canonista y un abogado que a través de un teléfono - que funciona las 24 horas- y de un correo electrónico se atiende a posibles víctimas. Según Planellas, el último caso atendido por el organismo fue el del canónigo archivista.

404 bienes inmatriculados, sin disputas

El arzobispo confirma que la archidiócesis tiene 404 bienes inmatriculados y asegura que ninguna persona o entidad ha reclamado ninguna propiedad a diferencia de otras diócesis. «En Tarragona tenemos cero conflictos con las inmatriculaciones», remarca Planellas. «Si ha podido haber en otros lugares alguna disputa, ¿para eso está la justicia, no? En el caso de Tarragona eso no ha tenido lugar», reitera. En paralelo, lamenta que hubiera 37 errores en la lista del gobierno español sobre bienes inmatriculados, los cuales, indica, ya están solucionados.

Planellas lamenta que en el listado del gobierno español se les atribuían doce bienes que eran de otras órdenes religiosas. «Eso ya está aclarado y también lo estaba previamente en la publicación del listado, los errores nos causaron una sensación muy extraña», sostiene. Además, recuerda que entre los errores había doce propiedades que estaban duplicadas, dos más que inmatricularon porque procedían de dos herencias, así como cuatro inmatriculaciones que eran compras, seis más ya no eran de su propiedad y, el último error, no tenían todos los datos. «De estos supuestos 37 errores, no hay ningún problema, creo que quizás se ha querido magnificar todo este tema», lanza.

Tres años de obispado marcados por la pandemia

La pandemia estalló pocos meses después de que fuera nombrado arzobispo de Tarragona. La situación sanitaria, explica Planellas, ha marcado su gestión y ha «cambiado» proyectos. A modo de ejemplo, señala que el voluntariado de Cáritas se detuvo durante el primer año de pandemia porque eran personas de riesgo. Por eso, dice, tuvieron que buscar alternativas a este voluntariado. También destaca que las reuniones telemáticas se convirtieron en protagonistas y que tuvieron que repensar como atender pastoralmente a los feligreses.

A la vez, se ha reorganizado el organigrama diocesano y, ahora, la Iglesia tarraconense dispone de doce delegaciones. «Intentamos en la medida de lo posible que fueran llevadas por laicos y lo hemos conseguido en siete», subraya. Planellas también detalla que ha escrito dos cartas pastorales y que han organizado el Sínodo en este último año. «Es la convocatoria que nos ha hecho el Papa Francisco para ver cuál es el presente y futuro de nuestra iglesia, ahora hemos acabado la fase diocesana», añade.

«No nos hacen falta más curas»

La archidiócesis tiene 135 curas, repartidos en 200 parroquias, que tienen una media de edad de 64 años. «Puede sorprender, pero estamos en una situación que tenemos los curas que necesitamos», asegura. De hecho, Planellas apunta que los sacerdotes tendrían que hacer más de guías espirituales y menos de gestores para atender mejor a la comunidad. En este sentido, explica que están creando unidades pastorales por todo el territorio para que puedan trabajar conjuntamente entre parroquias limítrofes y, así, liberar a los mosenes de los trabajos más burocráticos. «Tenemos que incidir en el laicado más activo, que el pueblo de Dios no sea pasivo, sino sujeto activo», opina.

El papel de la mujer en la iglesia, a debate

Preguntado sobre el papel de la mujer en el seno de la Iglesia, Planellas esquiva posicionarse y considera que es una cuestión de «la iglesia universal». Es un tema que a mí como obispo de una iglesia local me supera, y, por lo tanto, cambiar el derecho canónico no me toca a mí, sino al Santo Padre, con el asesoramiento del Sínodo, de los cardenales... porque son reformas que requieren mucho estudio», expone. El arzobispo también argumenta que en el debate se tienen que tener en cuenta tres puntos.

«Primero, el argumento histórico de tradición, Jesús elige los doce, son hombres, en segundo lugar, los magisterios del Papa Pablo VI y Juan Pablo II, que cerraron este tema en la segunda mitad del siglo XX, y por último, está la iglesia ortodoxa, donde las bases son mucho más reticentes», argumenta. Con todo, celebra que algunas mujeres se hayan convertido en las responsables de las unidades pastorales. «Estoy muy jubiloso que la mitad de las delegaciones diocesanas sean llevadas por mujeres, por ejemplo, la delegación de patrimonio la lleva una mujer», concluye.

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