Un vecino de Tarragona con una lesión medular espera una silla de ruedas desde hace cuatro meses
«Están condicionando mi vida y lo pago tanto a nivel físico como mental», expresa Tino Osuna
«Estoy desesperado. Llevo cuatro meses sin silla de ruedas». Tino Osuna, vecino de 50 años de Sant Pere y Sant Pau con una lesión medular completa, espera desde febrero que su mutua le facilite una nueva silla de ruedas con el fin de poder salir de casa y ganar cierta independencia. La peticiónllegó después de que se le rompiera la que tenía.
Osuna sufrió un accidente laboral hace casi 18 años, en octubre de 2004, que le provocó una lesión medular completa. Vive en Sant Pere y Sant Pau con sus padres, los cuales lo ayudan a realizar diferentes tareas. Sin embargo, asegura que con la silla de ruedas puede ser bastante autosuficiente: «Con la silla me apaño bastante bien. Llevo una vida la más digna posible dentro de las posibilidades». Sin embargo, pide que no le pongan «más piedras en el camino», ya que desde hace cuatro meses, cuando se le rompió la antigua silla de ruedas, está esperando una nueva. «Estoy desmoralizado con lo que estoy viviendo», apunta.
Según expone Osuna, la solicitó el mismo febrero a su mutua, la Mutua Universal de Tarragona. «En este tiempo he caído dos veces al suelo y he tenido que cancelar tres visitas médicas porque no me puedo desplazar», explica. «Están condicionando totalmente mi vida y lo estoy pagando tanto a nivel físico como mental», añade.
Al romperse la antigua silla, utilizó otra que tenía de emergencia, pero como su estado no era el ideal, también se le acabó estropeando. «Reclamo la silla que me corresponde. Cada cinco años se puede pedir una nueva. He tardado al pedirla, y entiendo que puedan demorarse un poco, pero ya no hay justificación», comenta Osuna, quién afirma estar desesperado.
Osuna explica que en abril le aseguraron que en dos semanas ya le habría llegado, pero todavía espera. Tal como señala, la mutua le dijo en un primer momento que había problemas con el proveedor, motivo por el cual se retrasaba el pedido. Ahora, el problema es por falta de materiales, afirma Osuna.
Desde la mutua, añade, le han garantitzat que a finales de junio o principios de julio tendrá ya la nueva silla, pero después de cuatro meses se muestra desconfiado. Por otra parte, «la Ortopedia –hace de intermediaria entre él y la mutua– iba a alquilarme una silla de ruedas por mediación de la mutua, mientras esperaba la nueva, pero esta silla que me ofrecían era 15 centímetros más larga e iba mal» manifiesta.
Osuna se pasa las 24 horas del día en la cama y sigue esperando una solución para poder volver a la normalidad: «Quiero recuperar la vida social».