Sociedad
Una gamberrada provoca momentos de tensión en un inflable de la feria de SPiSP
Alguien desconectó los motores que mantienen inflada la atracción y esta empezó a desplomarse sobre los niños
Una gamberrada, que podría haber acabado muy mal, provocó, el martes pasado, momentos de mucha tensión entre los familiares de los niños que disfrutaban del castillo inflable de la Patrulla Canina de la feria de Sant Pere i Sant Pau cuando este empezó a perder aire y desplomarse sobre los niños.
El incidente se produjo el martes, día 21 de junio y acabó sólo en un susto. Según Enrique García, un vecino de Bonavista que había ido a la feria de atracciones instalada en la plaza de la Sardana con unos familiares, los hechos se produjeron minutos después de las siete de la tarde.
«Mi sobrino entró en la atracción por la boca de uno de los perros que se abría y se cerraba cuando, de repente, mi mujer empezó a gritar. Se habían parado los motores de la atracción y el inflable empezaba a perder aire. No me lo pensé dos veces y me tiré hacia dentro. El niño estaba ya prácticamente atrapado por el plástico de la atracción. Mi hijo también estaba dentro. Consiguió salir por la parte de atrás y saqué a dos niños más como pude, porque el castillo nos caía encima,» explica Garcia. Otros padres que había ante la atracción empezaron también a entrar para sacar a los niños. El feriante arrancó rápidamente los motores para evitar que se desplomara y todo quedó en un susto. A pesar de eso, algunos de los padres narran que vivieron momentos de mucha angustia.
Según relata Garcia, alguien paró los motores, que «estaban al alcance de cualquiera». Los vecinos llamaron a los Bomberos y la Guardia Urbana, que recibieron el aviso hacia las ocho y cuarto, según ha confirmado el Ayuntamiento de Tarragona. Los agentes de la Guardia Urbana requirieron la documentación de la atracción y realizó fotografías de esta. Comprobaron también los cables y los motores que hinchan el castillo, pero no observaron ninguna anomalía. Según informó la Guardia Urbana, la atracción se apagó manualmente «muy posiblemente por un acto vandálico».
«Las máquinas, los motores, estaban al alcance de cualquiera. Nos marchamos muy disgustados. Mi hijo dice que no quiere ir a ninguna feria. La atracción tarda muy poco tiempo en desinflarse y podría haber sido una tragedia», concluye Garcia.