Educación
La continuidad de las educadoras sociales en las escuelas está en peligro
Educación no garantiza las 75 plazas en los centros de alta complejidad, 14 de las cuales en Tarragona, donde han estado los dos últimos cursos
Las educadoras y los educadores sociales de centros de alta complejidad ven cómo peligra la continuidad de su trabajo para el próximo curso. Después de que los dos últimos cursos el departamento de Educación de la Generalitat abriera 75 plazas a toda Catalunya con un contrato programa piloto, 14 de las cuales en Tarragona, este programa se acaba el 31 de agosto y no tiene garantizada su continuidad. Y es que el Gobierno catalán utilizó los fondos que Madrid envió a Catalunya por la pandemia de la covid para financiar estas plazas y ahora no hay presupuesto.
Desde el Colectivo de Educadoras y Educadores Sociales de Centros Educativos critican esta situación y consideran que es una falta de previsión del Govern catalán. La vicepresidenta del Colegio de Educadoras y Educadores Sociales de Catalunya (CEESC), Patrícia Quílez, explica que «desde Educación nos dicen que Catalunya está infrafinanciada por el Estado, pero el dinero público lo gestionan ellos y, si no es con fondo covid, tendrían que haber previsto una partida a los presupuestos para continuar con el programa».
De las 75 plazas que se implantaron en centros educativos de alta complejidad de Catalunya, 14 fueron para escuelas e institutos de la demarcación: cuatro para Tarragona, seis para Reus, dos para Tortosa, una para Amposta y otra para Ulldecona. Ante la incertidumbre de sí continuarán o no el próximo curso, el colectivo presentó la semana pasada al departamento de Educación 3.369 firmas de la comunidad educativa para exigir su continuidad. Por otra parte, el Parlamentaprobó también la semana pasada una moción de la CUP pidiendo lo mismo. Sin embargo, las educadoras sociales de Tarragona están convencidas de que «no seguiremos, lo cual no sólo nos angustia a nosotros, sino también a los diferentes centros educativos donde hemos trabajado los dos últimos cursos». «El trabajo que hemos hecho durante este tiempo quedará restañado si no continuamos y, aunque la pandemia está más controlada, sus efectos continúan presentes en la sociedad», añaden. Es por eso que el colectivo considera fundamental para la comunidad educativa que puedan continuar con esta tarea, «más cuando tanto la dirección de los centros donde hemos trabajado como el mismo departamento de Educación valoran muy positivamente nuestro trabajo».
Una figura fundamental
Mientras la reivindicación del colectivo de estas 75 educadoras y educadores sociales de Catalunya es su continuidad de su trabajo en escuelas e institutos, desde el CEESC consideran que la figura de las educadoras sociales se tendría que hacer extensiva a todos los centros educativos, no sólo en los de alta complejidad. Patrícia Quílez apunta que «no sólo trabajamos para apagar fuegos, para tratar los problemas cuando ya son evidentes, sino que hacemos una tarea de prevención que es muy importante en los centros educativos».
Según el Colectivo de Educadoras y Educadores Sociales de Centro Educativos de Catalunya, cada vez hay más carencias sociales, un contexto económico más complicado y, por lo tanto, «los niños tienen más carencias». «Nuestra tarea no la pueden hacer los docentes porque no tienen ni el tiempo ni la formación para llevarla a cabo», apuntan. Por eso reclaman más recursos «con el fin de poder tener escuelas inclusivas y ayudar a los niños y las familiasque lo necesiten».