Medio ambiente
Medio Ambiente sustituirá 54 boyas de la costa de Tarragona por unas con anclajes ecológicos
El proyecto del Greenbelt'26, que tiene un valor total de 119.300 euros, cuenta con una subvención de los fondos Next Generation
La consejería de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Tarragona renovará54 boyas de la costa tarraconense por unas nuevas con anclajes ecológicos o de bajo impacto. De momento, sólo se renovarán las que se encuentran dentro del Espacio Xarxa Natura2000 Costas del Tarragonès, desde el final de la playa Llarga hasta al principio de Tamarit. «Empezaremos por aquí aprovechando que es una zona natural protegida, pero la idea es que, en la medida de lo que sea posible, se puedan cambiar todas las boyas del término municipal», expresa Eva Miguel, consejera de Medio Ambiente. En el mes de julio se ha obtenido la resolución definitiva de concesión de un proyecto que se encuentra en una fase de planificación y que se acabará como máximo el año 2026.
Esta iniciativa, que tiene un valor total de 119.300 euros, forma parte del Greenbelt '26, un proyecto creado por el Ayuntamiento de Tarragona para mejorar el conjunto de la Anilla Verde de la ciudad y desarrollar propuestas de carácter medioambiental. Aunque se trata de una acción que a priori no tiene tanto impacto como la renaturalización del río Francolí, que supondrá un tercio del total de la subvención de 3,3 millones de euros que recibirán de los fondos Next Generation, o el desmantelamiento de la plataforma del Miracle, para Miguel «también es importante». Con esta propuesta, «queremos hacer un cambio de paradigma a la manera de relacionarnos con nuestro entorno y atacamos uno de los problemas más graves que tenemos, que es como estamos explotando y maltratando el fondo marino,» explica la consejera de Medio Ambiente.
Hasta ahora, las boyas se han enganchado con una cadena a un peso muerto de hormigón, que se hundían bajo el agua para dejarlas fijas enun lugar. «Estas estructuras se han colocado de una manera muy agresiva y han repercutido en la salud de la biodiversidad y la orografía del fondo del mar, a la larga provocan que no se pueda mantener la fauna y flora marina», asegura Miguel. Además, cuando estos bloques de piedra se degradan, dejan sustancias nocivas para el medio ambiente. Otro inconveniente es que cuando los temporales mueven estas grandes estructuras de hormigón, el arrastre estropea el sustrato marino. Eso hace desaparecer las alfombras naturales como las posidonias y otra flora que ayuda a retener la arena.
La consejera comenta que «después de temporales como el Glòria y por el poco cuidado que hemos tenido de nuestro fondo marino durante décadas, cuando vienen 'llevantades' la costa ya no muestra esta resiliencia que tenía antes, ni existe el retorno natural de la arena que acostumbrábamos a ver». También apunta que de estos daños en el sustrato marino, no sólo tienen culpa las boyas tradicionales: «Las estructuras rígidas que se colocan en el mar, como los puertos, también afectan».
Con el nuevo proyecto, se apostará por un sistema más ecológico y menos intrusivo, con unos anclajes de bajo impacto que se clavarán directamente en el suelo del fondo marino. Por ahora, sólo se sustituirán las del Espacio Xarxa Natura2000 Costas del Tarragonès, donde hay 54 boyas, pero la intención es extender esta iniciativa todo el término municipal, donde hay un total de 274 boyas tradicionales con anclajes de hormigón (112 forman parte de los canales de entrada y salida de embarcaciones y 162 de los abalizamientos de las zonas de baño). «Este es el inicio de una nueva manera de entender los anclajes», concluye a Eva Miguel sobre esta iniciativa.