Tarragona musealizará la segunda planta del refugio antiaéreo del Museo Bíblico

El Ayuntamiento de Tarragona ha firmado un convenio con el Museo Bíblico para musealizar la segunda planta del refugio antiaéreo de la Guerra Civil, ubicado en la calle de las Cocas. Los trabajos, que costarán 18.000 euros, arreglarán el espacio, que actualmente sólo es visitable en la primera planta. Así, se electrificará la zona, de unos 90 metros lineales, se adecuará el suelo y se señalizará. El consistorio calcula que el refugio se podría visitar por completo a principios del próximo año.

El director del Museo Bíblico, Andreu Muñoz, ha destacado que la particularidad del refugio es que se encuentra sobre los restos de estructuras romana y medieval. En una futura intervención, se prevé colocar una instalación transparente en uno de los cinco accesos al refugio.

A pesar del buen estado de conservación del refugio antiaéreo del Museo Bíblico de Tarragona, la segunda planta no es visitable ni accesible. Con la voluntad de abrirlo a todos los públicos, el consistorio invertirá una partida económica de 18.000 euros que servirán para adecuar el espacio. La comisión informativa del Ayuntamiento ha dado luz verde a esta propuesta y está previsto que se vote favorablemente en el próximo plenario de este viernes.

La intervención prevista consistirá en la adecuación del suelo, la electrificación de la planta -que actualmente se encuentra a oscuras- y la señalística para poner en contexto el espacio. De momento sin embargo, no hay calendario de obras, aunque el consistorio tarraconense prevé que estén terminadas a principios del próximo año.

Según el director del Museo Bíblico de Tarragona, Andreu Muñoz, el principal rasgo diferencial de este espacio junto a la catedral se encuentra en las construcciones previas que los republicanos aprovecharon a la hora de excavar las dos plantas del refugio antiaéreo. Entre otros, se encuentran cisternas que fueron utilizadas durante la época medieval y una exedra romana, que añaden valor patrimonial e histórico al refugio. Mientras estuvo en uso, tenía una capacidad para 700 personas entre las dos plantas, que se protegían de los bombardeos durante la Guerra Civil española. Ahora bien, ninguna bomba de la aviación franquista impactó en las proximidades de este refugio, siendo este uno de los motivos por los cuales Muñoz apunta que se ha conservado tan bien.

En los trabajos previos de arreglo de la primera planta, se localizó una inscripción de diciembre de 1937, una fecha que o bien marcaba el inicio de las excavaciones o por el contrario, de finalización de los trabajos. Ahora, en esta segunda fase de obras, se prevé arreglar el espacio y a priori, los expertos descartan tener nuevos hallazgos.

Después de esta segunda fase de adecuación, la voluntad del Museo Bíblico es la de colocar una estructura transparente en uno de los cinco accesos por los que se entraba al refugio antiaéreo. Concretamente, se trata de la entrada que da a la calle de las Coques, desde donde se podrá visualizar los diez metros de profundidad del refugio. Hoy por hoy, sin embargo, no se cuenta con presupuesto para esta actuación.

Apuesta por el público joven

Más allá de poner al alcance del conjunto de la ciudadanía este espacio histórico, el consejero de Memoria Histórica, Manel Castaño, ha puesto énfasis en el público joven a la hora de visitar el refugio una vez esté totalmente arreglado. Así, está previsto organizar visitas escolares con alumnos de ESO y bachillerato para que sean «los transmisores del patrimonio de la ciudad» a través de la ruta pedagógica Els llocs de la memòria, que ya acumula un millar de participantes en los últimos tres años.

En su momento, Tarragona llegó a tener una cuarentena de refugios antiaéreos, de los cuales se pueden visitar un par que se han conservado. El primero se encuentra debajo del ayuntamiento, en la plaza de la Font, mientras que el segundo es el del Museo Bíblico. Con respecto al espacio de bajo el edificio consistorial, en estos momentos se está trabajando en un nuevo documento audiovisual para dignificar la visita.