Patrimonio
El Teatro Metropol de Tarragona, declarada Bien Cultural de Interés Nacional
El Gobierno otorga la distinción por la «importancia histórica y social» y el «arraigo» del equipamiento
El Gobierno ha acordado declarar Bien Cultural de Interés Nacional, en la categoría de Monumento Histórico, el Teatro Metropol, en Tarragona, y delimitar el entorno de protección. Según ha destacado el ejecutivo catalán, el edificio tiene una «importancia histórica y social en Tarragona», no sólo por su antigüedad como equipamiento cultural en lo referente a la ciudad, sino también por su «arraigo histórico a través del Patronat Obrer, que se remonta a mediados del siglo XIX». De hecho, los orígenes del teatro se sitúan a principios del siglo XX, concretamente el año 1908, cuando el edificio denominado Casa Mirall era la sede del Patronat Obrer, donde se impartía formación a los hijos de trabajadores de la clase obrera.
El Patronat decidió construir un teatro, que ocuparía los jardines de esta casa, y encargó al arquitecto Josep M. Jujol la construcción. «El arquitecto se inspiró en el contexto y la iconografía del mar como fuente de creatividad para proyectar el teatro. En concreto, el relato principal en que se basa es que la sala es un gran barco que se lucha con las olas del mar en busca de la salvación de Dios, lo que demostraría también la profunda religiosidad del arquitecto», han explicado desde el Gobierno.
En su mundo imaginativo, Jujol proyectó la planta baja del teatro como si fuera un barco sobre la superficie del mar; una vez dentro de este barco imaginario, se podía bajar a las profundidades marinas a través de la escalera principal que conduce al sótano del teatro, donde se representa el fondo marino en el techo, con dibujos de peces, elementos marinos y formas que recuerdan la proa de un barco. «Jujol crea así un escenario dentro del teatro. El interés arquitectónico del Metropol es innegable, no sólo por ser una de las obras más exitosas de Jujol sino porque, al ser reconocida su importancia, se hace visible también un camino alternativo de la arquitectura catalana que había sido silenciado hasta hace pocas décadas», han manifestado.
«El Metropol es una obra inclasificable, a caballo entre el modernismo y el novecentismo, pero con una desinhibición creativa y una concreción figurativa que la convirtieron en una obra tabú, necesariamente silenciada cuando los postulados del racionalismo se convirtieron en un dogma. Es una construcción que sale completamente de la rutina y que es una muestra de una creatividad que muchos han relacionado con el entonces todavía incipiente vanguardismo internacional», han concretado.
Durante la guerra civil, el teatro fue estropeado y, más tarde, fue modificado para transformarse en sala de cine. El año 1995, el arquitecto Josep Llinàs hizo una restauración, en la que recuperó las partes originales de Jujol, y construyó un volumen anexo de soporte al teatro, de manera que amplió el escenario. La restauración de Llinàs ha estado ampliamente reconocida e, incluso, aumenta la relevancia del edificio.