Los campings de Tarragona llegan al 90% de ocupación durante la primera quincena de agosto
Los establecimientos están recuperando la normalidad previa al estallido de la pandemia de covid-19
«Ha sido emocionante reencontrar clientes que hacía tres años que no venían por la pandemia. Reencontrar esta normalidad ha sido fantástico». Con estas palabras, el presidente de la agrupación de campings de Tarragona Ciutat, Agustí Peyra, describe lo que está significando para él la temporada de verano. Y es que los turistas, después de tiempo sin hacerlo, vuelven a pisar el municipio.
Peyra señala que la ocupación en los campings se sitúa cerca del 90% durante la primera quincena de agosto, el periodo «más fuerte» del año, y que, incluso, algunos alojamientos llegan a cifras del 93%, después de vivir un julio en torno al 75%.
Son unos números que ya hacen recordar al 2019, y es que, tal como expresa la presidenta de la Asociación de Campings de la Costa Daurada y Terres de l'Ebre, Mireia Sans, los establecimientos «están funcionando con total normalidad». En comparación, en el 2021, la ocupación en julio fue de un 55%, mientras que en agosto superó el 80%. Peyra considera que la recuperación se explica por dos factores: el retorno del cliente extranjero –aunque no al nivel de antes de la pandemia y teniendo en cuenta que ya no vienen rusos– y la conservación del turista nacional, que sigue siendo fiel» después de descubrir los campings últimamente.
Incluso, detalla que el 50% de los usuarios son españoles y, la mitad restante, internacionales. «Todos los mercados, internacional y nacional, están viniendo y están funcionando con normalidad. Estamos en un agosto normal, como el del 2019», añade Sans.
Retos de futuro
Peyra analiza que, ahora que los campings se están estableciendo como una opción prioritaria de turismo familiar, el reto es ofrecer «precios competitivos». «Los establecimientos nos tenemos que preocupar que haya altas ocupaciones, pero también que los precios sean buenos, que estén en un equilibrio entre el dinero que el cliente está dispuesto a pagar y los servicios que ofrecemos», declara.
Igual que el resto de empresas, los campings han tenido que incrementar los precios para hacer frente a la inflación de los productos y de los costes energéticos. De aquí surge el objetivo de establecer tarifas que permitan cubrir los gastos y, al mismo tiempo, que sean asequibles para los visitantes.
Por su parte, Sans explica que, aunqueagosto se augura como un buen mes, septiembre genera más «incertidumbre» para el turismo nacional. «Nos han recortado una semana de vacaciones porque las escuelas empezarán una semana antes. Será cuestión de aprovechar los fines de semana», comenta. Con respecto al visitante extranjero, espera que «si el clima lo permite y tenemos buen tiempo», la época de bonanza se alargue hasta finales de octubre.