Jardinería
El bonsai, arte, dedicación y sentimiento
La Asociación Tarragona Bonsai, hoy día con 75 socios, hace 33 años y sigue organizando exposiciones, talleres y cursos para transmitir conocimientos y una gran pasión
Un anuncio en la prensa gratuita buscando gente interesada en bonsais fue el inicio de una historia que dura 33 años. En 1989, a raíz de la publicación, un grupo de aficionados se unió para crear la Asociación Tarragona Bonsai. Y hoy, con esfuerzo y pasión, la entidad continúa con su actividad con el fin de transmitir conocimiento y mostrar a la gente la belleza del arte de origen asiático.
Durante el año, la asociación organiza diferentes exposiciones, cursos y talleres, destinados a los socios, los cuales pagan una cuota anual de 30 euros, y a aquellos que quieran participar tan sólo el día en cuestión. Actualmente, Tarragona Bonsai cuenta con unos 75 socios, pero, en algún momento de su historia, ha llegado a tener en torno a 120. «Damos a conocer la afición por el bonsai y compartimos conocimientos. Antes había menos información al respecto, ahora es un arte más conocido», expone el tesorero y expresidente de la entidad, Pere Amenós. Cada año, Tarragona Bonsai organiza tres exposiciones: una en el Port de Tarragona al otoño, una en el Ayuntamiento en primavera y la de la Firagost de Valls en verano. Antes de la pandemia, también organizaban una con la Diputación de Tarragona. «Hacerlas en diferentes épocas ayuda a ver los cambios del árbol encada estación. Vemos sus diferentes versiones», relata Amenós.
La actual presidenta de la asociación, Consolación García, apunta que el bonsai «es una manera de vivir, una cultura, y requiere trabajo y mucha dedicación». Los cursillos y talleres son una buena manera de fomentar la pasión y divulgar diferentes técnicas de tratamiento. «Te sientes como un diseñador de árboles», manifiesta Amenós.
Tarragona Bonsai organiza cursillos de iniciación teóricos y prácticos en el centro cívico de Sant Pere i Sant Pau. Por otra parte, una vez al mes prepara talleres impartidos por gente de la misma asociación y, una vez cada tres meses, talleres impartidos por un maestro experto en el arte del bonsai. «Los socios tenemos todos los privilegios del mundo. Viene gente de todo el mundo a hacer talleres, incluso maestros japoneses», explica Juan Fernández.
Los mismos socios pueden participar con sus bonsais en las exposiciones de la entidad. «En Tarragona, todo el mundo tiene cabida, no hace falta que los bonsais sean de primer nivel. Es un arte que requiere paciencia y años para conseguir resultados», expresa García. «Se disfruta durante el proceso», añade Amenós. En el mercado hay muchas clases de bonsais y el precio varía, ya que puede ser de dos cifras o de cuatro. Los de mejor calidad pueden llegar a superar los 6.000 euros.
Tanto García como Amenós, para conocer mejor el mundo del bonsai, han viajado a Japón alguna vez. «Aluciné con las obras de arte que hay», indica García sobre la belleza natural del país nipón. Para concluir, Amenós destaca el vínculo que se establece con la planta: Un bonsai es como un hijo porque tienes que cuidarlo durante muchos años. Es un sentimiento difícil de explicar».