Judicial
El pistolero de Tarragona recibe la eutanasia hoy sin su último deseo de libertad
El juzgado de Tarragona denegó ayer su petición de pasar los últimos días en un hospital
El pistolero de Tarragona, Eugen Sabau, recibe hoy la eutanasia. Finalmente, después de tantos meses de tira y afloja, ha acabado prevaleciendo el derecho a morir dignamente por encima de las causas penales a las que se enfrenta. Una decisión que ha intentado revocar la defensa de las víctimas hasta el último momento. Aunque la muerte asistida programada para el día de hoy ya era definitiva, siempre han contemplado la opción de ir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) o al procedimiento administrativo de eutanasia para paralizarlo por la vía contenciosa.
Sabau recibe la eutanasia que tanto pedía, pero lo hace sin su último deseo de libertad. Ayer la magistrada del Juzgado de Instrucción 5 de Tarragona desestimó la petición del pistolero de Tarragona de pasar los últimos días de su vida en libertad en el hospital.
El Consorcio Sanitario de Terrassa (Barcelona), donde el pistolero de Tarragona está ingresado en el módulo penitenciario, con una lesión medular irreversible, había programado para hoy su eutanasia, después de que el Tribunal Constitucional (TC) rechazara los últimos recursos con los que sus víctimas pretendían paralizar su muerte asistida.
Gerard Amigó, abogado de Eugen Sabau, había pedido a la jueza de instrucción la libertad del acusado para que pudiera pasar los últimos días en un hospital y despedirse de su familia, al asegurar que no hay riesgo de huida ni de destrucción de pruebas, vistas sus circunstancias personales.
Petición denegada
Este lunes, la magistrada decidió desestimar la petición, porque considera que «seguiría concurriendo un elevado riesgo de fuga, ya que el paciente pasaría a ingresar en un hospital ordinario sin vigilancia policial de ningún tipo, donde cualquiertercero, familiar o amigo, podría acceder fácilmente y facilitarle la huida».
También destacó que el acusado «no ha manifestado en ningún momento su arrepentimiento por los hechos ni ha solicitado perdón a las víctimas, de donde se desprende una escasa voluntad por parte de asumir responsabilidades por sus actos». Añadió que «no se advierte en qué medida la libertad provisional del investigado afectará a su situación personal o sanitaria».