Los vecinos de Sant Pere y Sant Pau denuncian el ruido de la AP-7

Hace un año que se liberaron los peajes en la AP-7; hace un año desde que empezó la pesadilla de los vecinos del contorno de Sant Pere i Sant Pau. «El tráfico ha aumentado exponencialmente. Antes pasaban, en una hora, quizás diez coches. Ahora pasan todo el rato», declara una residente en el barrio, Inma Campón.

El problema, sin embargo, no es el elevado volumen de vehículos que circulan por la carretera, sino el ruido que provocan las bandas sonoras que se encuentran en las líneas blancas de la vía cuando son pisadas por las ruedas. «Es terrorífico. Los primeros días, no sabíamos qué pasaba. Pensaba que era un móvil que vibraba, pero era la autopista. Eso no nos deja dormir», expresa Campón, que remarca que, hoy en día, los automóviles circulan por la zona durante las 24 horas. Cris Campón, hermana de Inma, va más allá: cita que el ruido se agrava a partir de las 6.30 horas de la mañana, cuando la autopista empieza a llenarse de trabajadores y transportistas, y que el pico no cesa hasta bien entradas las 10 h., cuando la misma actividad del barrio camufla los decibelios automovilísticos. «Recuerdo los últimos días de junio, cuando los niños iban a la escuela, y era terrible. El ruido era inaguantable», lamenta.

Y es que, desde la llegada del calor, la cuestión se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para los vecinos, que acostumbran a dormir con las ventanas abiertas para soportar las temperaturas. La vuelta del turismo y la gratuidad de la autopista han generado que los adelantamientos y los cambios de carril sean constantes en este tramo, una circunstancia que provoca que las ruedas pisen múltiples veces las bandas de la desesperación. «Hay días que me he tenido que poner tapones por las mañanas, y no tengo el sueño ligero. También hay veces que he optado por cerrar las ventanas y poner el aire acondicionado», expresa Cris Campón.

El presidente de la asociación de vecinos de Sant Pere i Sant Pau (AVDA), Luis Trinidad, explica que en los últimos tres meses ha recibido una veintena de reclamaciones por el ruido que se produce en la carretera. A partir de este punto, pretende hablar con el Ayuntamiento para saber de quién es competencia el problema y encontrar una solución.

Como ejemplos, cita la instalación de barreras acústicas y la eliminación de las bandas sonoras. Las hermanas Campón se muestran contrarias a la idea de las barreras acústicas, pero no verían con malos ojos que se retiraran las bandas de las líneas discontinuas que separan los carriles de circulación. «Veo bien que estén como conductora para que no salgas del carril, pero, como afectada, el ruido es terrible», asevera Cris.

«Entiendo que tienen una utilidad, pero se tendrá que buscar una solución porque hay mucha contaminación acústica», añade Inma. Las Campón tampoco verían mal que se redujera la velocidad en este tramo de la carretera, pero esta vez es Trinidad quien tiene dudas sobre la efectividad de la medida. Con todo, los tres coinciden en afirmar que se tendría que realizar un estudio para ver el alcance real del problema y encontrar una solución lo antes posible.

Comunicación vecinal

La asociación de vecinos habilitó un número de teléfono (640 766 384) donde los ciudadanos pueden enviar sus quejas sobre el ruido de las bandas sonoras, para poder presentar una reclamación conjunta delante del consistorio o de la autoridad pertinente.

Trinidad revela que la AVDA pretende crear un grupo de WhatsApp para recibir de manera rápida y directa las reclamaciones de los vecinos de cualquier índole, más allá de la contaminación acústica. Cuando se detecten quejas varias sobre un mismo tema, será cuando los representantes de la comunidad puedan «atacar» de verdad la cuestión. «Cuanta más ayuda tengamos, mejor para todos», concluye.