La nueva biblioteca de Sant Pere i Sant Pau tendrá un fondo de 12.000 documentos

Tarragona cuenta, en estos momentos, con dos bibliotecas públicas, un volumen insuficiente para cubrir las necesidades de la población. Eso, sin embargo, está a punto de cambiar: ya está redactado el programa funcional de la nueva biblioteca de Sant Pere i Sant Pau, el documento que sirve de base para la gestión y la planificación de los servicios y las funciones del futuro equipamiento y a las que ha tenido acceso Diari Més. Según sus directrices, la biblioteca contará con 7.500 documentos en el momento de abrir las puertas, pero se espera que llegue a la cifra de 12.000 archivos cuatro años después de la inauguración. La colección estará conformada por 9.000 ítems –entre texto, música e imagen– destinados a un público adulto y 3.000 dedicados a los niños. Además, se contará con unas 75 publicaciones periódicas entre revistas y diarios. El fondo inicial se creará a partir de los documentos de la Sala de Lectura de Sant Pere i Sant Pau, que en estos momentos se encuentra cerrada al público y que también era deficiente para satisfacer la voluntad de la población. El objetivo es formar un conjunto pertinente a las necesidades actuales y previsibles del barrio.

La consejera de Cultura, Inés Solé, asegura que la idea del consistorio es «acabar con el déficit» de décadas sin bibliotecas en buenas condiciones. Al mismo tiempo, sin embargo, se pretende construir equipamientos que no sean «bibliotecas al uso», es decir, que no se limiten sólo a acumular libros y mesas, sino que también se conviertan «en un punto de encuentro social y cultural» –también se está trabajando en el proyecto de la biblioteca de Torreforta-. El nuevo espacio, que está previsto que ocupe los bajos del bloque de Sant Magí, de unos 800 metros cuadrados, quiere ser un entorno que estimule el aprendizaje continuo, motive a la experimentación y dé apoyo a la innovación y a la creación.

Construyendo comunidad

Uno de los retos de la nueva biblioteca será convertirse en un elemento de cohesión e integración de proximidad en los ciudadanos. En palabras de Solé, tendría que ser «una manera de construir comunidad» y un espacio que permita «hacer vínculos».

Con esta idea en mente, también se prevé que se ofrezcan servicios específicos para los jóvenes de 12 a 17 años –como información sobre los estudios universitarios y los ciclos formativos o recursos para buscar trabajo– y para los recién llegados. Sin embargo, se promoverán talleres y clubs de lectura fácil y en voz alta en catalán y se dará apoyo a la alfabetización básica, el autoaprendizaje y la formación tecnológica y digital.

Se recomienda que el lugar se divida en cinco zonas para el correcto funcionamiento de los servicios: habrá espacios de acogida, infantiles y familiares, general, de promoción y de trabajo interno. Al mismo tiempo, se destaca que la biblioteca tiene que ser «ejemplar en el compromiso con respecto al consumo responsable de la energía» y que tendría que tener en cuenta los conceptos de accesibilidad, adaptabilidad, transparencia y confortabilidad.

Según el programa funcional, se prevé que la inversión inicial para la biblioteca requiera 1.045.000 euros en términos de obra y equipamiento y 105.000 euros para financiar el fondo bibliográfico. Por otra parte, se espera que los gastos anuales de funcionamiento y mantenimiento superen los 200.000 euros.