Comercio
Los impuestos siguen «ahogando» a los propietarios de locales del Bulevard Bus
Sólo hay un 40% de ocupación entre los 41 locales de los que dispone el recinto comercial, que lleva «bastantes años yendo a la deriva»
Las últimas propuestas para revitalizar el Bulevard Bus no han funcionado. Desde el año 2017 se ha intentado hacer una reconversión del espacio ofreciendo los locales como oficinas a precios muy económicos, una iniciativa que casi no ha tenido impacto con respecto a la ocupación.
La demanda no ha subido y, además, los impuestos municipales y los gastos de comunidad ahogaban a los propietarios. Un problema que se mantiene en la actualidad y que parece muy difícil de solucionar. Xavier Farré, presidente de la Asociación de propietarios de locales del Bulevard Bus, reconoce que «tenemos problemas por todas partes, pero el principal es la fiscalidad del ayuntamiento, los impuestos nos están ahogando». Farré tiene dos locales en el centro y hace poco ha alquilado uno por 190 euros. De estos, 70 son para gastos de comunidad, así que sólo se queda con 120. Aparte, explica que tiene que pagar los impuestos de la basura y el IBI, aproximadamente 650 euros. «Eso quiere decir que lo que gano los seis primeros meses de alquiler lotengo que utilizar para pagar tributos», comenta l presidente de la asociación. Se trata de una situación crítica con la que tienen que convivir todos los propietarios con locales en el Bulevard Bus.
«Todos los locales, excepto uno, tienen entre 20 o 30 metros cuadrados y tienen que pagar la misma cantidad que uno de 50, cuando generan bastantes menos residuos», apunta Farré. «Entre eso y el IBI, tenemos unos gastos muy altos, que casi no nos dejan margen», añade. La poca demanda obliga a ofrecer los locales a precios bajos: «Tal como están las cosas, nadie alquila por más de 200 euros».
Además, «el arrendamiento raramente dura más de dos años «porquela mayoría cierran antes». Actualmente, sólo hay un 40% de ocupación entre los 41 locales de los que dispone el recinto comercial, un dato que no ha variado demasiado durante los últimos años. «La gente está desencantada», apunta.
Algunos propietarios se han planteado vender su establecimiento, pero tampoco es tarea fácil. «Si pudiera lo vendería todo, ya tengo los locales en venta, pero nadie se interesa», confiesa Farré, que no es demasiado optimista con el futuro del centro. «Estamos intentando sobrevivir, pero llegará un momento en el que el ayuntamiento acabará embargando las fincas, porque ninguno de nosotros podremos pagar», lamenta.
En un intento desesperado para revitalizar el espacio comercial, se propuso alquilar los locales como trasteros. Una idea que no acabó haciéndose realidad: «Hicimos junta y no salió adelante, porque algunos opinaban que este cambio se cargaba el valor comercial y haría bajar todavía más el tráfico de personas». Otra iniciativa que no ha llegado a buen puerto.