La falta de profesionales para la hora de ocio genera incertidumbre en las escuelas

«Dijimos que el curso 2020-21 sería el más incierto de la historia, pero este año se acerca bastante», asegura la portavoz del sindicato USTEC-STEs en Tarragona, Laura Ferré. Falta menos de una semana para que los alumnos vuelvan a las aulas, pero todavía hay más dudas que respuestas.

Los alumnos de Educación Infantil y Primaria harán, durante el mes de septiembre, jornada reducida e intensiva, de nueve de la mañana a una del mediodía. Después de comer, también podrán acceder a un nuevo servicio, una hora de actividades de ocio de 15.30 h. a 16.30 h. en las que podrán participar de manera voluntaria.

La Generalitat ha contratado a unas empresas –algunas ya ofrecían servicios de comedor– para cubrir las tardes del mes, pero los contenidos que se ofrecerán en las sesiones dependerán de cada centro. «Esta hora tenía que tener contenido pedagógico y no será así. Lo que han hecho la mayoría de centros es aumentar la hora de monitorización de comedor», analiza Ferré. La Fundación En Xarxa es una de las asociaciones que ya acompaña a los niños a la hora de comer y que ampliará su servicio una hora más. En concreto, atiende aseis escuelas de la ciudad. El educador Joan Izquierdo comenta que en los centros con los que colaboran ofrecerán «actividades totalmente de ocio, no instrumentales», a falta de concretarlas. Es decir, ni clases de refuerzo de catalán, de castellano ni de matemáticas.

Este caso contrasta con el hecho de que enalgunos centros concertados, tal como informa Ferré, los docentes ampliarán sus horarios de trabajo para que los alumnos puedan recibir «unas actividades extra» que sí que tendrán «bases pedagógicas». «En cambio, en la escuela pública, los monitores de comedor harán lo que puedan. Seguro que algunos harán actividades extraescolares, pero habrá otros que no se sentirán capacitados», lamenta.

Detalles por definir

En la Escuela Cèsar August, la Fundación En Xarxa ya ha comunicado que dispone de todos los monitores para hacer frente a la hora de ocio y el equipo directivo respira aliviado. «Para los colegios, eso es una tranquilidad, porque el tema supone un gran problema. Si le traspasan esta necesidad a la gente que ya conozco y que valoro, se sacan de encima un quebradero de cabeza», analiza Izquierdo.

El ofrecimiento de este servicio, sin embargo, no ha sido precisamente calmado por la asociación. Izquierdo detalla que han tenido que contratar a una cincuentena de personas para trabajar, exclusivamente, en esta hora adicional, ampliando en consecuencia su plantilla hasta los 300 empleados.

«Al ser una novedad, va todo a toda prisa. Todavía no lo tenemos todo tan claro y catalán cómo nos gustaría, pero tenemos la certeza de que todo saldrá de categoría», valora el educador, que añade que faltan «detalles para organizar»: ¿qué se hará en este horario? ¿Cómo se registrará la asistencia de los alumnos? ¿Cómo se harán las entradas y salidas?

Josep Queraltó, director de la Escuela Torreforta y presidente de la Junta de Directores de Escuelas Públicas de Tarragona Ciudad, se hace las mismas preguntas. Sabe que en su centro recibirán el día 5 nuevos monitores para afrontar el turno de 15.30 h. a 16.30 h., pero asegura que «a estas alturas, no sé qué harán» –eso sí, sabe que el primer día se llevarán a cabo actividades lúdicas en el patio.

Queraltó detalla que el centro tiene potestad para escoger el temario de estas sesiones adicionales, pero está convencido que en el «99% de los casos» será la empresa del comedor quien decida qué hacer. No obstante, el quid de la cuestión no acaba aquí.

«Estamos preparados para intentar atender el máximo posible a todas las familias, pero tenemos muchas incertidumbres de si tendremos personal suficiente, porque no lo saben ni las mismas empresas», puntualiza. También comenta que ve «bastante difícil» que haya bastantes profesionales titulados para todas las escuelas.

La veladora escolar Lucía Terribas, delegada de CCOO en Tarragona, comenta que hay muchas personas «que tienen otros trabajos y que no están preparadas para asumir esta ampliación de hora». Este hecho, sumado a quela ratio para la hora de ocio será de un monitor para cada dieciséis alumnos, cosa que requiere más profesionales que el servicio de comedor, «está generando muchos problemas a la hora de encontrar estos monitores». Y más teniendo en cuenta que, en octubre, ya volverá la normalidad con el horario partido de siempre.

En este sentido, desde el Departamento de Educación de la Generalitat se informa de que ya se han hecho el 100% de los contratos con las empresas que tendrán que coordinar el servicio enlas escuelas públicas y que, en estos momentos, cada compañía está ultimando la contratación del personal necesario. Todas estas dudas, junto con la implantación de un nuevo currículum y el adelanto de las clases, genera una sensación de incertidumbre. «Quizás estamos peor que con la pandemia», asevera Ferré.