Bienestar animal
El Ayuntamiento de Tarragona quiere mejorar las instalaciones de la Protectora
La consejera Elvira Vidal comenta la posibilidad de ampliar el centro con un solar adyacente
La consejera de Bienestar Animal, Elvira Vidal, reconoce al Diari Més que todavía hay trabajo por hacer para mejorar la Protectora de Animales de Tarragona. «Se le tiene que dar una vuelta importante», asegura. Entre otras medidas, menciona la posibilidad de ampliar las instalaciones con el solar de propiedad municipal que hay adyacente, un espacio que serviría para acoger a los gatos que cuida la entidad.
Núria Güell, tesorera de la Protectora, vería con buenos ojos la idea del consistorio, pero no es optimista con que se acabe aplicando. «Hace más de un año que nos lo van diciendo, pero de momento no hay nada concreto. Nos dijeron que lo están estudiando», lamenta. La consejera detalla que ya hay un «proyecto redactado» para enderezar el estado del recinto y espera que se incluya en los presupuestos del próximo año una dotación económica para llevar a cabo, como mínimo, su primera fase.
Desde la Protectora, se critica que son muchas las reparaciones que se tendrían que llevar a cabo en el centro, desde cambiar los tubos de desagüe hasta poner al día la instalación eléctrica. Güell agradece las «buenas intenciones y muy buenas palabras», pero le gustaría que se acabaran convirtiendo en realidad los proyectos que les han prometido.
Trabajo hecho
Con todo, Vidal y Güell coinciden en determinar una serie de actuaciones que han elaborado en los últimos meses para mejorar el estado de la Protectora. «Hemos incrementado las frecuencias de desinsectación y desratización», explica la consejera. «Han conseguido controlar bastante la situación. Están viniendo más a menudo y este tema está más controlado», valora Güell, que también aplaude que se haya ampliado la frecuencia de recogida de basura.
Adicionalmente, Vidal destaca que se ha creado una zona de sombra que se mejorará en invierno «para que sea productiva el próximo verano» y el establecimiento de un sistema de interacción entre Bienestar Animal, la Protectora y los servicios de limpieza y mantenimiento para reaccionar rápidamente «a las necesidades» del centro.
Güell cita que esta coordinación ha permitido disponer de un veterinario de guardia en la perrera municipal que permite atender a los animales que se encuentren heridos. Después de 21 días, si la mascota no ha sido reclamada, pasa a las instalaciones de la Protectora. «Antes entraba un perro con una pata rota y quizás tenía que esperar hasta el lunes para que lo visitara un veterinario. Se ha mejorado mucho en este sentido», concluye.