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Los 'boxes' de Crossfit de Tarragona están viviendo su año más exitoso

Algunos centros aseguran que este agosto han registrado más altas de usuarios que bajas, cuando históricamente la tendencia en verano era la contraria

Les classes d'AA'IN CrossFit estan pensades per a un grup reduït.

Los 'boxes' de Crossfit de Tarragona están viviendo su año más exitosoGerard Martí

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La pandemia frenó el auge del Crossfit, pero no lo paró del todo. El covid obligó a los gimnasios a cerrar las puertas una, dos, tres veces. No obstante, una vez la normalidad volvió a hacerse un lugar en la vida cotidiana, la práctica de este método de entrenamiento funcional que combina el levantamiento de pesas, los ejercicios cardiovasculares y la gimnasia se ha disparado hasta alcanzar nuevas cuotas de popularidad.

«Desde que abrimos en el 2014, este ha sido el año más lleno de todos. 2022 ha sido el año más productivo», asegura el propietario de CrossFit Scipion, Francesc Mérida. El entrenador de este box –nombre con el que se conocen los centros especializados en esta disciplina– ubicado en Reus explica que, antes de la aparición de la pandemia, tenía unos 225 socios. En la actualidad, la cifra ya llega a los 290. En tres años, se ha vivido un crecimiento del 28,89%. El caso de CrossFit Scipion no es aislado. El responsable de comunicación de Viding Fitness, Alberto Alonso, afirma que fue con la reapertura de los gimnasios que se vivió unboom en el interés por el entrenamiento funcional. «Antes se estaba despertando, pero el hecho de estar alejados de los otros, de estar en espacios abiertos, lo ha potenciado», valora. A la misma conclusión llega el gerente y fundador de CrossFit Tarragona, Sergio Martín, que cree que la gente ahora prefiere hacer actividades al aire libre o en recintos amplios.

Por su parte, la propietaria de AA'IN CrossFit, Aroa Vilariño, detalla que, normalmente, el verano es una estación en el que se registran más bajas que altas de nuevos usuarios, pero este año ha sido la excepción: de los 180 socios que dispone el centro, una veintena se han apuntado entre los meses de junio, julio y agosto. En comparativa, cuando el covid obligó a bajar la persiana, tenía contabilizados 130 usuarios, un número que se redujo hasta los 90 cuando pudo reabrir el local.

El director de Viding Sant Jordi, Daniel Figuerola, detalla que en el centro deportivo también se está produciendo una recuperación y comenta que se están registrando prácticamente los mismos accesos de usuarios que en el 2019. Señala que se está viviendo «un muy buen final de agosto y un buenísimo comienzo de septiembre», aunque el número de abonados todavía no ha llegado a los niveles prepandemia.

En el caso de su centro, la clave de la vueltaa la normalidad no recae en el entrenamiento funcional propiamente, sino en las clases dirigidas y en un fenómeno que, asegura, irá en boca de todo el mundo: el levantamiento de peso muerto. «Cada vez nos vamos adaptando a las tendencias que marca el mercado», concluye.

Mérida coincide en considerar que este agosto ha sido de los mejores meses del año a pesar de ser históricamente uno de los peores. Sin embargo, opina que la expansión del Crossfit, desde su punto de vista, ha sido tan notoria que «se está comiendo el mercado». «Hay gente que me dice que si no da clases de eso, no las llena», comenta.

Aunque cada año se inauguran un par de boxes en la provincia, el propietario de CrossFit Scipion detalla que la clientela no baja, sino que «cada vez hay más gente entodos los centros». Sergio Martín opina que «es un deporte que ha venido para quedarse». «No creo que sea una moda pasajera. Hace siete años que abrimos y hay gente que ha encontrado aquí su manera de vivir», enfatiza.

Una de las claves del éxito de esta disciplina deportiva es que está «adaptada a todo el mundo», en palabras de Aroa Vilariño. «Lo practican niños, personas mayores, jóvenes deportistas, personas que no han hecho nunca deporte, gente con discapacidad...», añade. Lo más importante no es levantar muchopeso o ser muy rápido, sino disfrutar de una mejor salud y «que la gente pueda envejecer con dignidad», señala la propietaria de AA'IN CrossFit, que también apunta que, si la situación continúa en línea ascendiente, ya prevé ampliar las instalaciones del box.

Los responsables de los diversos centros deportivos utilizan palabras como «familia», «comunidad» o «como un vestuario de fútbol» para definir las relaciones que se establecen entre los practicantes, porque, al final, no se compite los unos contra los otros, sino que la motivación es la de superarse a uno mismo. «Engancha ver el progreso tan palpable, que te motive para continuar», declara Martín. «Dicen que el mejor atleta de Crossfit es la persona más en forma del mundo», expresa Vilariño.

Ejercicio de autosuperación

Una de las personas que ha empezado a practicar este tipo de entrenamiento después de la pandemia es Jorge Enríquez. Su hermano ya hacía tiempo que lo practicaba y lo había intentado convencer para que lo probara, sin éxito. «Yo no quería ir porque me parecía que no era para mí y que era para flipados», explica. «Pero no es nada de eso», matiza. Hace cerca de un año que asistió a una clase de Crossfit por primera vez porque, desmotivado con los ejercicios que se acostumbran a hacer en el gimnasio por cuenta propia, «quería probar otra cosa».

«Lo que más me gusta es la autosuperación, ir viendo que, poco a poco, vas aprendiendo la técnica, que puedes mover más peso, que cada vez vas mejorando tus registros», afirma Enríquez. A diferencia de los prejuicios, que consideran que el Crossfit es un deporte lesivo, dice que el cuerpo le duele más cuando no se ejercita. «Me ayuda a corregir la postura y a fortalecer los músculos que tengo débiles o debilidades», detalla. «Sales de clase muy cansado, pero también muy contento, porque liberas mucha adrenalina y se ven resultados muy rápidos», concluye Enríquez.

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