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La tarraconense Inés Issel participa en el concurso de violín de Indianápolis

Con sólo 21 años, fue una de las 40 seleccionadas para el prestigioso certamen

Imatge de la tarragonina Inés Issel, de 21 anys, tocant el violí durant un concert.

La tarraconense Inés Issel participa en el concurso de violín de IndianápolisCedida

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«Tocar el violín es un arte y cada uno lo entiende de manera diferente, es muy subjetivo porque cada uno tiene su estilo. Y es importante no perder lo que uno mismo lleva dentro, nuestra esencia». Así define la tarraconense Inés Issel su pasión por el violín, la cual empezó cuando tenía cinco años. Ahora, con 21, participa en uno de los certámenes más prestigiosos en el ámbito internacional: el Concurso Internacional de Violín de Indianápolis, en los Estados Unidos.

El concurso empezó el pasado 9 de septiembre y acaba el próximo día 26. «Hay gente en el concurso que admiro mucho. Poder estar con tus ídolos es un honor», expresa Issel, de padres polacos. Por motivos laborales, se cambiaron aTarragona, donde nació Issel y donde empezó a experimentar la pasión por el violín. La afición por la música nació de los mismos padres. «Mi madre era violinista y mi padre, tenor. Un día cogí el violín, me gustó y me acabaron comprando uno. Al principio nos lo tomábamos como hobby,pero al crecer se acabó convirtiendo en algo más serio», explica.

Con once años, Issel empezó a estudiar enla Escuela Superior de Música Reina Sofía, en Madrid, para desarrollar su carrera profesional. «He vivido una vida diferente a la del resto, y a veces echo de menos algunas cosas, pero me gusta mucho mi vida, no es nada aburrida», asegura sobre las consecuencias de su carrera como violinista.

A su todavía corta trayectoria, ha ganado diecinueve premios en competiciones nacionales e internacionales. «No sé si acabaré ganándome la vida con el violín, pero si me esfuerzo y lucho, lo puedo acabar consiguiendo», expresa con optimismo Issel. El Concurso Internacional de Indianápolis es una posibilidad más de mostrarse al mundo, de demostrar su talento. «Todo el mundo tiene nervios. Hay gente joven como yo y también más mayor. Hay violinistas de diferentes generaciones y sólo lo intentamos hacer lo mejor posible. Lo hacemos mejor o peor, siempre tenemos que mirar la parte positiva», comenta la música tarraconense.

Issel define el certamen norteamericano como «el Wimbledon o el Roland Garros del violín». Además, explica que está muy bien organizado y que la gente es «muy amable». «Espero que sea el primero de muchos concursos de este tipo en los cuales pueda participar», añade. Al certamen de Indianápolis consiguió entrar después de pasar la fase previa con 103 aspirantes de 21 países.

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