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«El cuerpo nos habla a través de la ansiedad»

La autora ofrece pautas para aprender a convivir con la ansiedad y reducir el sufrimiento que le acompaña

Núria Gabernet és psicòloga i biòloga i pateix ansietat des de petita.

«El cuerpo nos habla a través de la ansiedad»Sílvia Rodríguez

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—¿Hasta qué punto la ansiedad se ha convertido en un problema de salud pública? —Se calcula que un 10% de la población mundial la sufre. Por otra parte, a raíz de la pandemia, la prevalencia en el mundo aumentó en torno a un 25%. Ahora se habla más, porque hay más casos y se han hecho más visibles.

—Que se hable más es positivo, ¿pero hasta qué punto lo hemos incorporado a nuestro día a día, casi normalizándola?

—La ansiedad tiene diferentes grados, y las personas también lo experimentan de manera diferente. Pero la manera como hablamos también contribuye a normalizarla o no. Una de las reivindicaciones de mi libro es que hablamos de otra manera, de que aprendamos a convivir, como una compañera de camino que nos aporta información muy valiosa, porque nos apunta en qué dirección tenemos que mirar para tener una vida que nos satisfaga más.

—¿Estrés y ansiedad van de la mano?

—El estrés es una de las causas que nos pueden conducir a la ansiedad, y es fácil que se produzca esta relación. Pero la ansiedad siempre es multifactorial, hay varios factores que pueden estar implicados en su aparición y su desarrollo.

—¿Cuáles pueden ser, estos factores?

—Uno de los puntos importantes que explico en el libro es que no tenemos que concebir la ansiedad como una cosa que empieza y acaba enla mente. Tenemos que prestar atención a otros factores de carácter orgánico, biológico o químico. Por ejemplo, un déficit de nutrientes, una falta o un exceso de azúcar, la falta de horas de sueño o una alteración hormonal. Y, además, estos factores no son excluyente entre ellos. En definitiva, hay un conjunto de factores que nos afectan más a nivel orgánico o químico, y otros que nos afectan a nivel emocional y mental, y es importante tenerlos todos en cuenta en el diagnóstico.

—¿Nuestra sociedad tiene un problema con los ansiolíticos?

—España es el primer país de Europa en consumo de ansiolíticos y antidepresivos, pero en cambio no es el lugar donde se diagnostican más estos trastornos. Por lo tanto, tendemos a sobremedicalizar. Los ansiolíticos son útiles en determinados casos, pueden ir bien para dar el impulso que puede necesitar una persona en un momento determinado. Pero también pueden camuflar el problema, porque con ellos tratamos los síntomas, pero no las causas. Es como una luz de alarma que se activa cuando hay un incendio: el problema no es la luz, sino el fuego. Podemos tapar la alarma, pero el incendio seguirá estando.

—Y estos incendios, ¿qué serían?

—Si, por ejemplo, en el trabajo tienes un problema con tu jefe, la ansiedad te está hablando de emociones negadas, te está avisando de que te están agrediendo, que hace falta que salgas de allí. Pero si tomamos ansiolíticos y seguimos yendo al mismo lugar, las emociones no cambian. Tenemos que prestar atención a nuestro cuerpo cuando nos habla a través de la ansiedad, porquesi no, puede desembocar en otros problemas más graves.

—¿Cuál es tu experiencia personal con la ansiedad, y cómo te relacionas?

Ansiedad es una palabra que, ya desde pequeña, formaba parte de mi vocabulario. Era aquello de no sé qué decirte, no sé qué me pasa, yno sé por qué. Y este sufrir, aquellas sensaciones corporales que identificaba y etiquetaba con este nombre, me siguieron acompañando más adelante. Enla adolescencia fui al instituto en Barcelona y ya empecé a tener algún ataque de pánico y algún episodio de agorafobia. A raíz de eso, empecé a buscar, a leer y a hacer mis terapias. Al final, lo que explico es lo que a mí me ha servido para relacionarme con la ansiedad. Después de unos cuantos años, puedo decir que todavía aparece de vez en cuando, pero cuando lo hace, me puedo anticipar y poner el foco donde toca. Ya no me asusta, me digo a mí misma que lo tengo que escuchar, entender qué me está diciendo.

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