Los 'cazadores' de setas de Tarragona confían en que la campaña empiece hacia el día 20

Los buscadores de setas confían en que los bosques de la demarcación de Tarragona reaviven entre el puente del Pilar y el día 20 de octubre con el fin de empezar la temporada de otoño. De momento, los bosques continúan secos y, si la meteorología continúa estable «y no suben mucho las temperaturas ni hay ventoleras», crecerán las setas, especialmente los níscalos –que acostumbran a aparecer en octubre–, según ha explicado Fernando Segura, presidente de la Asociación Micológica de Tarragona. La lluvia sería providencial los próximos días en Tarragona, ya que, en caso contrario, los bosques seguirían secándose.

Muchos aficionados están saliendo a probar suerte los fines de semana, atizados especialmente por las lluvias del día de Santa Tecla. «En Tarragona, hay lugares que tienen un microclima muy concreto y, tan pronto como caen tres o cuatro gotas de lluvia, se encuentran, pero este fruto dura tres o cuatro días», declara Segura. Estos primeros hallazgos animan a la gente a tirarse a la montaña y a seguir insistiendo los días siguientes, pero hasta la tercera semana de octubre, el bosque no estará en plenitud. «Se han encontrado níscalos y el boca a oreja hace que muchos salgan a buscar, pero hay que esperar», dice Segura.

De hecho, algunos de los grupos de buscadores de setas de la Asociación Micológica de Tarragona ya recogen setas estos días, sin embargo, lo hacen en los Pirineos.

El presidente de la Asociación Micológica asegura que setas, se recogen todo el año. «A nuestra latitud y con clima mediterráneo, se pueden ir a buscar también en invierno, hasta febrero. La Mussara, las montañas de Prades o Santes Creus son algunos de los lugares más conocidos, pero también en los bosques de la zona litoral hay», dice Segura.

La oronja (amanita caesarea), el boletus aereus, rúsulas, camagrocs, frioleras, higróforo blanco, pero sobre todo la negra, son algunas de las setas que más crecen en los bosques de Tarragona, sin olvidar toda la gamma delníscalo del cual, según Fernando Segura, hay entre diez y doce que son comestibles. Es, de hecho, una de las setas más populares y reconocibles entre los aficionados.

Los buscadores de setas alertan que, el anhelo de llenar el cesto y el desconocimiento son factores muy peligrosos. «A menudo encontramos gente con la bolsa llena de setas, la mayor parte de las cuales no son comestibles. Los avisamos y no hacen caso. Si son setas que no tienen interés, vale más dejarlos en el suelo, debajo del pino, la encina o el árbol donde se encontraban: la seta es una fábrica química, tiene una función natural de descomposición de la materia orgánica, y se estropea muy rápidamente», dice.

El desconocimiento también hace que los buscadores de setas se encuentren con escenarios catastróficos en medio del bosque. «El desánimo de muchos cuando no encuentran lo que buscan hace que vayan dando patadasatodo lo que encuentran. Creo que, con dos o tres pautas, la gente puede saber si una seta es tóxica o no, no hay que arrancarlo todo, a menudo, con un pellizco hay suficiente», explica Fernando Segura, quien se muestra reticente a establecer una tasa para coger setas, pero reconoce que sería una importante barrera para evitar que la gente «lo arranque todo».

«El bosque es uno de los mejores bienes naturales que tenemos y, si lo destrozamos no nos hacemos ningún favor a nosotros mismos», concluye el presidente de la Asociación Micológica de Tarragona. La entidad nació el año 2004 de la mano de un reducido grupo de aficionados al mundo de las setas que quería ser unreferente enlas comarcas del Campde Tarragona. Después de varias salidas con los socios y algunas actividades de divulgación, el objetivo de la asociación se centró en llegar a un sector más amplio de la población.