«Buscamos voluntarios de edades entre los 18 y los 40 años para hacer un estudio sobre la calidad del esperma»

Aproximadamente, el 15% de la población mundial sufre problemas de fertilidad. Factores relacionados con el estilo de vida, así como la contaminación ambiental, son algunas de las causas que afectan a la salud reproductiva. Un estudio impulsado desde la Unidad de Nutrición Humana de la URV y el Instituto de Investigación Pere i Virgili busca voluntarios para comprobar la calidad del esperma en Tarragona y analizar las variables que pueden afectar a la fertilidad. —¿Hay pruebas científicas que la calidad del esperma en Tarragona, en comparación con otros lugares, es más baja?

—Datos previos en una muestra de más de 1.000 participantes indican que el 65,6% de los hombres estudiados cumplían con los criterios de normalidad de calidad del semen establecidos por la Organización Mundial de la Salud (2010). La demarcación de Tarragona, comparada con otras demarcaciones como Barcelona y la Coruña, presentaban los peores resultados de calidad espermática, sobre todo en términos de movilidad (totales y progresivos). Eso, independientemente del estilo de vida y del nivel socioeconómico, etnia, etc. Estos datos reflejan que existen diferencias geográficas importantes.

—-¿Cuál sería el causante de estas diferencias? ¿Tienen alguna hipótesis?

—Estas variaciones podrían ser debidas al ambiente, la alimentación o la exposición a tóxicos. En la demarcación de Tarragona, hay un gran tejido industrial del sector químico. No existen datos poblacionales de infertilidad a nivel específico de Tarragona, pero la gran cantidad de clínicas de reproducción asistida en la zona nos hace sospechar que la tasa de infertilidad es más alta en relación a otras zonas de densidad poblacional similar.

—¿Cuál es el objetivo del equipo que lideran?

—Queremos estudiar una población de hombres en la provincia de Tarragona, comparándolo con otras zonas del Estado español, así como a nivel internacional. Eso, nos podría ayudar a confirmar si el ambiente y el estilo de vida son determinantes de este problema de salud pública.

—¿Quién puede formar parte del estudio, y cuáles son las condiciones?

—Este proyecto se hará con hombres jóvenes sanos en edad reproductiva, de entre 18-40 años, hayan tenido hijos o no. Los voluntarios no pueden estar en periodos de medicación que puedan hacer variar la calidad del seminograma, como por ejemplo, tratamientos hormonales. Hay que destacar que, en el ámbito de la fertilidad, se ha estudiado mucho a la mujer y no tanto a los hombres. Pero las últimas evidencias nos demuestran que los problemas de infertilidad están distribuidos en porcentajes similares entre hombres (50%) y mujeres (50%).

—¿Qué tendrán que hacer los voluntarios?

—Responder unos cuestionarios en línea. También recibirán una llamada para valorar su alimentación y después sólo tendrán que hacer una visita al hospital, donde tendrán que llevar unas muestras de orina, semen y excremento. También les haremos una extracción de sangre. Con respecto a los resultados del seminograma y el análisis sanguíneo, se pueden hacer llegar a los participantes bajo petición. Además, la analítica queda en el historial médico del participante. Todos los otros resultados son confidenciales. Si se publica cualquier artículo científico, estos resultados serán trasladados a todos los participantes.