Comer alimentos ultraprocesados durante el embarazo afecta a las habilidades lingüístiques del niño y su desarrollo
Lo concluye una investigación liderada desde la IISPV, en la que han participado 1.800 madres y sus hijos e hijas, en edad preescolar
Un estudio liderado desde el Institut d'Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV), de Tarragona, ha permitido constatar por primera vez que comer demasiados alimentos ultraprocesados (como bebidas azucaradas o patatas chips) durante el embarazo afecta a las capacidades lingüísticas y verbales del niño. Es el resultado de una investigación pionera en este campo en todo el mundo, que aporta luz a este aspecto clave para el desarrollo y el aprendizaje en la etapa de la infancia y que evidencia todavía más el papel de la dieta en la salud de las personas.
Con el fin de llevar a cabo esta investigación, se ha estudiado durante 4 años (del 2004 en el 2008) una muestra representativa de la población de España formada por 1.800 madres y sus respectivos hijos e hijas. Se ha hecho un seguimiento de los niños desde el momento del nacimiento y hasta los 5 años (edad preescolar), etapa en la que se desarrollan capacidades lingüísticas como el razonamiento y la agilidad verbales o la memoria numérica.
Jordi Júlvez, responsable de este grupo de investigación, explica que «algunos ejemplos de habilidades lingüísticas son el hecho de aprender a relacionar conceptos verbales que son similares haciéndole completar frases al niño del tipo un gato y un perro son... La respuesta es mamíferos. También estamos hablando de la fluidez verbal, que podría expresarse siendo capaz de nombrar al niño o la niña, durante 20 segundos, nombres de diferentes frutas».
La clase social y la economía, aspectos clave
Para evaluar el desarrollo de estos niños se ha utilizado la escala McCarthy, reconocida internacionalmente. Una de las categorías de aptitudes mentales más importantes que incluyen sus tests en lo referente a las habilidades lingüísticas, que, junto con las capacidades no verbales o visuales y perceptivas determinan el grado de cognición general que alcanza el niño. De aquí que la afectación que la dieta tiene en los niños en esta área de su desarrollo sea clave.
Júlia Puig, nutricionista y profesional en salud pública del grupo de investigación de IsGlobal, explica que las madres primero respondieron un cuestionario de consumo alimentario, para evaluar si su dieta contenía una carga elevada de alimentos ultraprocesados. A partir de aquí, las dividieron en tres grupos iguales: uno en el que se incluían las madres con un nivel de ingesta bajo de ultraprocesados, otro con un nivel medio y otro, alto. «Pudimos ver que los hijos de las madres que formaban parte del nivel elevado obtenían una puntuación baja en el apartado de habilidades verbales en el test de McCarthy. Es importante saber que el perfil de una madre de este grupo era el de una mujer con estudios primarios, de clase social baja y que no sigue de forma habitual una dieta mediterránea».